Entre las PASO, las elecciones generales y la segunda vuelta, el Estado debió pagarle a las agrupaciones una millonaria cifra.
En medio del debate instalado por La Libertad Avanza sobre la implementación de la boleta única para las elecciones, trascendió la abultada cifra que debió pagar el Estado para imprimir las boletas partidarias en las tres elecciones generales realizadas en el 2023.
En los últimos días, el ministro del Interior, Guillermo Francos, anunció que promoverá una reforma electoral que incluya el sistema de boleta única, tal como implementó Mendoza en sus elecciones. “Es increíble que en 40 años de democracia no hayamos sido capaces de cambiar este sistema donde un elector llega a un cuarto oscuro y se encuentra con 500 boletas de partidos. El sistema de boleta única no solamente termina con este gasto de dinero, sino también con la confusión que muchas veces se genera”, manifestó el ministro.
Esta medida sería para reducir el gasto y la confusión que las distintas boletas pueden generar en los votantes. La Boleta Única de Papel (BUP) es una sola por cada votante y la impresión la realiza el Estado, sin la participación de los partidos políticos. Su principal diferencia con el sistema actual de múltiple boletas partidarias es que el votante marca en una única papeleta, con una cruz, los candidatos que desee elegir en cada categoría. Mientras que con el sistema actual el elector puede tomar una boleta completa o cortarla y elegir el candidato a presidente de un partido y a diputado de otro, con la boleta única también se puede votar a distintas agrupaciones por categoría, pero usando un lápiz, en lugar de la tijera.
Entre las PASO, las elecciones generales y la segunda vuelta, el Estado desembolsó un total de $13.208 millones en subsidiar a las agrupaciones políticas para que puedan imprimir sus boletas partidarias, según la información a la que accedió Infobae de la Dirección Nacional Electoral (DINE), a cargo de Marcos Schiavi en la anterior gestión.