Se trata de problemas comunes que aumentan en verano, favoreciendo infecciones como el pie de atleta. La bromhidrosis y la hiperhidrosis suelen empeorar con la humedad, el consumo de ciertos alimentos y algunos medicamentos. Para prevenir estos síntomas, se recomienda mantener una buena higiene, secar bien los pies, usar calzado ventilado y medias de algodón.
De la Redacción de EL NORTE
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El mal olor y la sudoración excesiva en los pies son problemas comunes que afectan a muchas personas, especialmente durante los meses más calurosos del año. Estos problemas suelen producirse cuando el sudor en los pies interactúa con las bacterias presentes en la piel, generando un olor fuerte y característico conocido como bromhidrosis. Este olor corporal exagerado se produce por la descomposición de las secreciones de las glándulas sudoríparas y los residuos celulares, que, al combinarse con las bacterias y levaduras en la piel, se transforman en ácidos volátiles.
Para que vayamos entendiendo este problema, la bromhidrosis es un olor corporal exagerado o anormal, surge cuando las bacterias y levaduras descomponen las secreciones de las glándulas sudoríparas y los residuos celulares en la piel, formando ácidos volátiles en su superficie. “El sudor en sí no produce mal olor, ya que está compuesto en un 100% de agua, pero el olor ocurre cuando las bacterias degradan la queratina de la piel ablandada por el sudor”, explica Natalin Soledad Roldan, técnica podóloga universitaria (Matrícula 02-1695). También puede estar relacionada con ciertos alimentos como el curry, ajo, cebolla, alcohol y medicamentos como la penicilina.
La hiperhidrosis, o transpiración excesiva, afecta axilas, palmas de las manos y plantas de los pies. Este sudor responde a estímulos como el ejercicio, cambios ambientales, momentos de ansiedad o estrés. La hiperhidrosis focal primaria, la más común, se produce por una sobreestimulación del sistema nervioso simpático, que activa las glándulas sudoríparas sin necesidad de un estímulo externo.
Entre las consecuencias de una sudoración excesiva se incluye una mayor predisposición a infecciones como el pie de atleta o Tiña pedis, una infección fúngica que suele comenzar entre los dedos de los pies y afecta a quienes presentan altos niveles de humedad en esa área. Los síntomas de esta condición son picazón, sarpullido, piel agrietada o descamada entre los dedos, y mal olor.
Para evitar estos problemas, es importante tomar medidas preventivas:
• Evitar caminar descalzo en áreas públicas como vestidores, duchas y piscinas. Usar ojotas es recomendable para no tener contacto directo con el suelo.
• Mantener una buena higiene y secar cuidadosamente entre los dedos de los pies.
• Ventilar y desinfectar calzado: dejar que el calzado cerrado se ventile y aplicar desinfectantes como alcohol o aerosoles.
• Usar medias de algodón, que absorban mejor la transpiración, y evitar las de materiales sintéticos.
• Elegir calzado adecuado: preferir sandalias o calzado ventilado en lugar de materiales sintéticos cerrados que aumentan la sudoración.
“Cuidemos la salud de nuestros pies, ya que son los encargados de soportar el peso de nuestro cuerpo y mantener nuestra marcha”, señala Roldan. La especialista recomienda consultar a un podólogo al menos una vez al año para un control general y asesoramiento sobre los cuidados necesarios para tener pies sanos durante todo el año.