Maduro recibirá en Caracas a Richard Grenell, enviado de Trump, para discutir la deportación de venezolanos desde EE.UU. en un contexto de tensión diplomática y presión por el crimen organizado.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aceptará recibir en Caracas a Richard Grenell, enviado especial del mandatario estadounidense Donald Trump, en un encuentro que tendrá lugar este viernes. La información fue confirmada por el ministro de Comunicación e Información venezolano, Freddy Ñáñez, a través de un mensaje en su cuenta de Telegram, donde escribió: “Súper confirmado”.
El tema central de la reunión será la política de deportaciones de migrantes venezolanos desde Estados Unidos. La administración de Trump ha reforzado su discurso sobre inmigración y busca acelerar la expulsión de ciudadanos en situación irregular, una promesa clave en su campaña. Sin embargo, Maduro se ha mostrado reticente a recibir a los deportados, generando un punto de fricción en la relación bilateral.
Desde Washington, algunos sectores han sugerido que, si Venezuela no acepta el retorno de sus ciudadanos, se podría recurrir a un “tercer país” para recibir a los migrantes. Edmundo González, reconocido por Estados Unidos como presidente electo de Venezuela, ha manifestado su oposición a cualquier acuerdo con Maduro sobre este tema.
El diálogo entre ambos países se produce en un contexto de persistente tensión diplomática. La estrategia de “máxima presión” de Trump en su primer mandato buscó debilitar el gobierno de Maduro, respaldando a Juan Guaidó como líder legítimo de Venezuela en 2019. No obstante, Maduro ha mantenido el control del país y utiliza el conflicto migratorio como una herramienta en su discurso internacional.
Además de la migración, Trump ha puesto la atención en el crimen organizado venezolano. En su primer día de regreso a la Casa Blanca, ordenó el proceso para designar como organización terrorista a la banda Tren de Aragua. Paralelamente, autoridades estadounidenses arrestaron en Nueva York a un alto miembro de la agrupación criminal, en lo que la Casa Blanca calificó como un avance en su lucha contra la inmigración ilegal y el crimen transnacional.