El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que está listo para volver a trabajar, aunque se asustó y tuvo miedo de morir a raíz de la hemorragia interna craneal por la que fue operado de urgencia el pasado 10 de diciembre.
Lula da Silva conversó con la prensa, tras recibir la alta médica del Hospital Sirio-Libanés de la ciudad de San Pablo y afirmó: “Nunca pienso que me voy a morir, pero tengo miedo”.
El mandatario usó un sombrero que según explicó le sirve para no exhibir las heridas y se mostró al lado de su equipo médico y de la primera dama, Rosángela. da Silva.
El mandatario brasileño de 79 años, confió que se llevó un “gran susto” con los síntomas y la urgencia con la que fue trasladado para la operación de emergencia del martes, condición que fue producto de un golpe en la cabeza el 19 de octubre pasado durante un accidente doméstico.
“Me asusté de la cantidad de líquido que había en mi cabeza por el cual tuve que ser operado”, señaló el presidente de Brasil.
Y continuó: “Agradezco al equipo de médicos y enfermeros que me cuidaron no como un paciente y sí como un hermano”.
El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) fue dado de alta este domingo por los médicos y deberá permanecer unos 60 días sin hacer deporte o ejercicios intensos como hace de manera habitual.
El mandatario comenzó a trabajar en su residencia de la ciudad de Sao Paulo y allí lo hará hasta el próximo jueves, cuando se le practicará una tomografía para poder tener “luz verde” y así viajar a la ciudad de Brasilia, donde podrá volver a desempeñarse en el Palacio del Planalto (sede del Gobierno).
Anticipó también que pasará las fiestas de Navidad y Año Nuevo en su casa, así que no viajará a alguna playa a descansar como lo hacen de forma habitual los mandatarios.
Lula da Silva agradeció las oraciones y los mensajes de cariño que recibió durante su hospitalización, además de perdonar a quienes difundieron mensajes de odio a través de redes sociales.
Pidió castigos severos para quienes planearon intento de golpe de Estado
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió domingo castigos severos contra los acusados de planear un golpe de Estado en 2022 y aclaró que es necesario garantizar el amplio derecho de defensa.
Lula da Silva se refirió en específico a la detención el sábado del exjefe de ministros y candidato a vicepresidente del exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2022), general retirado Walter Braga Netto.
“Creo que el general Braga tiene todo el derecho a la presunción de inocencia que yo no tuve. Quiero que ellos lo tengan, que se cumpla la ley”, expresó el presidente brasileño.
Y continuó: “Pero si esta gente quiso hacer (el golpe) tendrá que ser castigada severamente. En este país ha habido gente que hizo el 10 por ciento de lo que ellos hicieron y murieron en la cárcel”, agrega.
Braga Netto fue detenido el sábado por orden del Supremo Tribunal Federal, acusado de intentar interferir en las investigaciones que según la Policía Federal (PF) involucran a 37 personas, entre ellas al propio Bolsonaro por planear presuntamente un golpe de Estado a multas de 2022 y evitar la asunción de Lula da Silva a la Presidencia.
Según la acusación de la PF, el plan incluía privar de la vida a Lula da Silva, así como al vicepresidente Geraldo Alckmin y al entonces juez del Supremo Tribunal Electoral, Alexandre de Moraes, encargado ahora de la investigación.
“No es posible que aceptemos la falta de respeto a la democracia, no es posible que aceptemos la falta de respeto a la Constitución y no es posible que admitamos que en un país generoso como Brasil haya personas de alto rango militar tramando la muerte de una presidente”, afirmó Lula da Silva.
*Con información de Xinhua.