En diálogo con EL NORTE, el excombatiente comentó el sentimiento de poder encontrarse en las Islas y de una forma simbólica, encontrarse con sus compañeros que han quedado en nuestras tierras para siempre y poder rendirle homenaje. “Tener la posibilidad de ver, tocar los cañones y tocar la frazada, fue lo que más me marcó”, expresó
Magali Villanueva
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Luis Feldmann, quien actualmente es el presidente del Centro de Veteranos de San Nicolás, a sus 15 años entró a la Armada y se capacitó como maquinista naval. Durante la guerra, se encontraba en un buque escolta del Crucero Belgrano. Luego del 2 de mayo de 1982, día del hundimiento del crucero –en el que murieron 8 soldados nicoleños- pasó a ser rescatista. “Estuvimos cuatro días navegando en búsqueda de los compañeros”, contó VGM en una entrevista a SN Debate. En la respectiva búsqueda, lograron rescatar a 770 sobrevivientes. Es por esto que Feldmann, luego de tantos años, logró cerrar una parte de su historia: poder entender todo lo que sus hermanos habían vivido en tierra firme, ya que él se encontró navegando las aguas que costeaban nuestras islas.
Transformarse
“Tuve muchos años para repensar esta cuestión y tuve mucha bronca y odio respecto al hecho de tener que presentar pasaporte para ir a mi provincia”, manifestó el representante de los Veteranos de la ciudad a este medio. En la misma línea comentó que su cambio de postura fue gracias a su amigo Marcelo Gallego -también excombatiente- que logró salir de situaciones críticas en su vida, luego de la guerra y lograr ser un hombre nuevo, al poder transformar todo ese rencor. Actualmente protagoniza una obra de teatro llamada “Campo minado”, que reconstruye recuerdos de la Guerra de Malvinas. A raíz de esto Feldmann reflexionó: “Si Marcelo pudo revertir su situación, de sentimiento, por qué yo no”, y comentó que en ese proceso encontró la “necesidad de cerrar algunas cuestiones”.
Hace 23 años, el representante de los excombatientes se realizó un tatuaje en su brazo con la silueta de las Islas Malvinas, con la palabra “Volveré”. Tras repensar y analizar todo el trabajo que había hecho durante tantos años a nivel local y provincial para los veteranos y la sociedad en sí, Feldmann comprendió que tenía que volver, pisar y entender que por esto -hablando del territorio- son todos sus trabajos y todas sus pérdidas. Así lo hizo en febrero pasado, y pudo completar ese tatuaje, que por muchos años sintió que algo le faltaba. Ahora lleva la palabra “volví” y la fecha de su regreso: 14 de febrero.
“Cuando abrí la tranquera del camposanto, me arrodillé y besé el suelo”
VGM Luis Feldmann.
Recorrido
El viaje lo realizó con excombatientes e hijos de veteranos de la ciudad de Tigre -de la que es oriundo-, donde lamentaron la muerte en diciembre, de un compañero que también viajaría con ellos. Al llegar, el representante nicoleño, tenía la idea de bajar del avión y besar el suelo, pero al descender, se encontró con una realidad: “Un aeropuerto netamente de la OTAN, militares por todos lados mirando a la gente que bajaba”. Tratándose de los ingleses, expresó: “Sabían que íbamos veteranos de guerra y te lo hacen notar”. Feldmann, al no poder realizar su anhelado primer homenaje en tierra malvinense, con convicción, pisó fuerte con el pie derecho y continuó su camino.
Dicho viaje estaba programado para realizarse en una semana, pero al ser suspendido el vuelo dos veces, el recorrido fue hecho en tres días. “Caminé todo lo que no caminé en mi vida”, dijo. Entre los lugares que recorrió, se encuentran: los montes “Dos hermanas” y “Kent”, el cerro “Wireless Ridge” y el “Cementerio de Darwin” donde yacen los cuerpos de nuestros soldados. También comentó que estuvo en los sitios donde compañeros que fallecieron recientemente estuvieron durante el conflicto bélico.
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Abrazo y honor
En los campos de batalla, Feldmann pudo sentir el cálido abrazo de un compañero al tocar una frazada que se encontraba en dicha escena. En su tránsito encontró múltiples objetos que, aunque hayan transcurridos cuatro décadas, siguen ahí, mostrando que en ese lugar, los soldados argentinos dieron su vida para defender la Patria. Desde cubiertos, marmitas de comidas, hasta borceguíes, cañones, entre otros elementos que fueron partícipes de la guerra. “Caminar con los compañeros que habían estado en esos lugares para mí fue un honor”, destacó el excombatiente. A su vez, resaltó: “Después de tantos años de dar charlas de lo que había escuchado y de lo que yo había vivido en el barco, a tener la posibilidad de ver, tocar los cañones y tocar la frazada, fue lo que más me marcó”.
Las Islas Malvinas tienen un clima inhóspito e inestable que dificulta la existencia de una gran variedad de vida. Los pocos organismos adaptados a estas condiciones suelen tener relación directa con la vida marina o cercana a la costa, siendo animales y plantas muy características del lugar. Al regresar del viaje, el presidente del Centro de Veteranos trajo imágenes y videos de flora y fauna “para recorrer las escuelas y para que vean” y de alguna forma, esos alumnos puedan conocer un poco más de ellas.
Cementerio Darwin, sentimientos inolvidables
Con sus 232 imponentes tumbas, para los veteranos y para cada argentino se trata de un santuario de respeto y peregrinación. “Cuando abrí la tranquera del camposanto, me arrodillé y besé el suelo”, describió Luis Feldmann.
En un video realizado por él, al encontrarse en el panteón expresó con una voz entre llanto: “Llegué, por todo esto llevo tantos años trabajando, nosotros somos su voz, no podemos quedarnos callados”.
Con respecto a las placas que decían “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, manifestó que nunca estuvieron de acuerdo, “sabíamos que no eran NN, porque estaban Juan, Pedro, Pablo, Víctor, ahí estaban cada uno de los caídos”. Y comentó que gracias al reconocimiento de los cuerpos -que algunos no estaban de acuerdo- permitió que, veteranos que se encontraban en el viaje con él, pudieran rendirle honor a la tumba de su compañero. “Hoy sabemos en qué lugar están y podemos rendirle homenaje a cada uno de ellos”, notó.
Mensaje a la comunidad
Feldmann expresó un claro mensaje, donde sostuvo que Malvinas tiene que ser un punto de partida, para poder apreciar otros territorios argentinos que están siendo buscados por muchos países en el mundo. “Tendríamos que empezar a tomarla -a la gesta del 82, los 632 muertos en combate y en el Crucero Belgrano y los mil compañeros que se han suicidado en un principio de estas cuatro décadas- como el punto de inflexión y empezar a mirar los problemas que se avecinan, que van a ser pronto, cuando se termine el tema de la Antártida, las pretensiones, no solamente de los ingleses, sino de muchos otros países europeos y americanos que están puestos en ese lugar. Entonces si nosotros no modificamos nuestra forma de ver y conocer nuestro país, también vamos a perder la Antártida, y después va a ser tarde”, remarcó el VGM.
Con respecto al viaje a las Islas recomendó a los argentinos que “hay que vivirlo”. “Yo les pediría a todas las personas que pudieran, en vez de hacer un viaje a Europa, primero fueran a recorrer esos lugares”, destacando que ahí podríamos empezar a transformar nuestra mente y “pensar más en nuestra Patria”.