Así lo revela un documento del Observatorio de Servicios Públicos (OSP) de la UNLP.
El Observatorio de Servicios Públicos (OSP) de la UNLP publicó un nuevo informe que afirma que los hogares del AMBA destinan la mitad que en 2019 para pagar las facturas de luz y gas que en 2019.
El documento compila la evolución de las principales variables de ingreso ciudadano y evidencia el comportamiento del valor de las facturas de los servicios públicos de gas natural y energía eléctrica.
En base a esos datos, explora algunas de las consecuencias del acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno nacional en torno a las tarifas de servicios públicos.
El principal hallazgo del informe es que cayó a la mitad el porcentaje de ingresos que un hogar debe destinar para pagar las facturas de electricidad y gas natural en el AMBA. Tomando como punto de referencia un hogar con un ingreso promedio elaborado en base a distintas variables, en septiembre de 2023, ese porcentaje es de 5,80% y en junio de 2019 era de casi el 12%. Se redujo poco más de la mitad.
En junio de 2019, el porcentaje de los ingresos que las familias debían destinar en promedio para pagar ambos servicios públicos alcanzaba un máximo histórico de un 11,96%. En diciembre de 2015 era de 1,10%. Sin embargo, en septiembre de 2023, ese porcentaje en el caso de los hogares categorizados en la segmentación tarifaria como “menores ingresos” (N2) se redujo cuatro veces: representa el 3,35% de sus ingresos y afecta a la mitad de los hogares del AMBA.
La incidencia se redujo a casi un tercio (4,25%) de lo que representaba en 2019 para los categorizados como de “ingresos medios” (N3), estos hogares son casi dos de cada diez. Y para los usuarios registrados como “altos ingresos” (N1), poco más de tres de cada diez hogares, pasó a afectar el 9,81% en promedio de sus ingresos.
Al considerar el caso de un hogar con un ingreso equivalente al del promedio de los trabajadores registrados (RIPTE) el informe evalúa la siguiente situación. Esa familia en junio de 2019 debía destinar un 6,72% de sus ingresos para pagar ambos servicios públicos.
En septiembre de 2023, un 1,79%, casi cuatro veces menos, y en caso de estar categorizado en la segmentación tarifaria como un hogar de “menores ingresos” (N2). Un 2,27%, en caso de estar categorizado como “ingresos medios” (N3). Y un 5,23%, en caso de estar categorizado como “altos ingresos” (N1).
“Si tomamos como referencia el Salario Mínimo Vital y Móvil, la incidencia porcentual para junio de 2019 alcanzó al 22,36% de sus ingresos. Mientras que en septiembre de 2023 alcanzó el 5,74% para un usuario categorizado como N2. El 7,28% para un N3. Y el 16,81% para un N1.
En el caso del sector pasivo, en el mes de junio de 2019 un hogar debía destinar el 26% de un Haber Mínimo Jubilatorio, mientras que en el mes de septiembre de 2023 debió destinar un 7,69% para el caso de un usuario categorizado N2. Un 9,76% para un N3. Y un 22,55% si fuera N1”, señala el informe de la UNLP.
Por último, el documento destaca que a pesar de los “sucesivos ajustes segmentados forzados por el ‘acuerdo’ con el FMI” la situación promedio para los diferentes sectores sociales “mejoró en términos de protección al usuario” respecto a lo que ocurría en el peor momento de la serie registrada, en junio de 2019. (DIB)