En la cuenta regresiva de la definición de candidaturas, toda la atención política estará puesta en el discurso que mañana pronunciará la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en Plaza de Mayo en un nuevo aniversario del Día de la Patria y a 20 años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner.
Originalmente, la movilización había sido concebida por un grupo de dirigentes sindicales y políticos muy cercanos a la líder del kirchnerismo en el marco del “operativo clamor” para que aceptara la candidatura presidencial del Frente de Todos, pero ante la ratificación pública sobre su negativa a presentarse en las próximas elecciones se reconfiguró la convocatoria del 25 de mayo.
La organización del evento, que también recordará los 50 años de la asunción de Héctor Cámpora, pasó a quedar bajo el control del círculo chico de Cristina Kirchner y se cambió la sede.
De esta manera, la ex presidenta volverá a encabezar un acto en el lugar donde hace siete años y medio, el 9 de diciembre de 2015, realizó el discurso de despedida tras tres mandatos consecutivos de su marido y ella en la Casa Rosada.
El acto fue convocado a las 16 en Plaza de Mayo, por lo que se espera que pasado ese horario la vicepresidenta, la única oradora de la jornada, comeniece a desarrollar su discurso.
Lo hará frente a una multitud, pero además habrá invitados especiales. La propia vicepresidenta se encargó de confeccionar una lista con cerca de 300 personalidades de la política, del sindicalismo, del movimiento de Derechos Humanos, de la cultura y la sociedad civil y de los movimientos sociales.
En principio, no estará Alberto Fernández, pese a haber difundido la convocatoria al acto en sus redes sociales.
Distanciado de la ex jefa de Estado, está compenetrado en finalizar su gestión y asegurar que su sucesión se ordene en el marco de una interna abierta entre precandidatos oficialistas, una idea que cuenta con detractores en el Frente de Todos.
¿Por qué hay tanto interés en lo que pueda decir Cristina Kirchner?
Tras declinar su propia candidatura, la boleta presidencial del Frente de Todos sigue siendo un enigma, pese a que hay varios dirigentes lanzados con ambiciones para ocupar ese lugar.
Naturalmente, el aspirante que sea señalado por la ex jefa de Estado correrá con ventaja en una eventual PASO, ya que su opinión es determinante a la hora de influir sobre el comportamiento del electorado tradicionalmente kirchnerista, que tiene un piso del 25% total.
En la grilla ya están anotados dirigentes como Daniel Scioli, Agustín Rossi y Juan Grabois, pero aparentemente la vicepresidenta tendría otros planes.
En una entrevista televisiva que brindó días atrás, sorprendió al señalar que “la posta” en la conducción del país la debían tomar “los hijos de la generación diezmada”, lo cual automáticamente posó el foco en la figura del ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, hijo de desaparecidos.
Aunque tomó estado público un debate que se está dando en el Instituto Patria y que sugiere que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien comparte con De Pedro una mirada generacional, podría ser el elegido de Cristina Kirchner en el caso de que el ministro de Interior no levante en las encuestas en el cortísimo plazo.
Cerca del oriundo de Mercedes están haciendo lo imposible para hacer más conocido a De Pedro, difundiendo su intensa agenda política, pero es una carrera contrarreloj.
Curiosamente, el referente de La Cámpora tiene como aliado a Kicillof, quien no quiere moverse de la Provincia y sólo cambiará el frente de batalla si se lo pide específicamente la propia vicepresidenta.
Si finalmente Kicillof fuera el elegido, se especula que habría un enroque y De Pedro pasaría a ser el candidato a gobernador bonaerense.
En el Frente Renovador siguen bregando para que al frente de la boleta presidencial esté Sergio Massa, pero el ministro de Economía ya avisó que no competirá si no hay consenso para que él sea el candidato único del espacio oficialista, lo cual le resta chances.
En su discurso, Cristina Kirchner podría desarrollar un poco más en profundidad los pilares del programa político del Frente de Todos para las próximas elecciones, una idea en la que la ex presidenta viene machacando en sus últimas intervenciones públicas aunque sin avanzar demasiado en su contenido.
Por ejemplo, podría repetir su idea de revisar el acuerdo del FMI de manera tal de que no sea inflacionario como hasta ahora, supeditando los pagos al crecimiento de las exportaciones.
También podría sugerir la necesidad de implementar una suma fija que se incorpore al básico remunerado de los trabajadores, o la idea de declarar al litio como recurso estratégico.