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miércoles, enero 15, 2025
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Los celulares actuales nada tendrán que ver con los que saldrán dentro de cinco años

Se incuba una revolución en los teléfonos inteligentes, transcurridos 30 años de la salida del iPhone. Afecta a la mitad de la población mundial

En los próximos cinco años, los celulares vendrán con pantallas holográficas que permitirán ver imágenes y videos 3D, cámaras con zoom y mayor autonomía, pero los datos se volcarían a tatuajes inteligentes.

Sin embargo, la tinta de los tatuajes encierra uno de los secretos de la nueva tecnología revelada por el cofundador y CEO de Microsoft, Bill Gates, que hará cambiar el modo de comunicarse a través de los 18 mil millones de dispositivos móviles que se estiman en todo el mundo.

Estaría equipada con una serie de “nanotubos” capaces de recoger, recibir y enviar información.

A falta de estudio, incluso podría ser aplicada en el campo de la medicina.

Gates afirma que estos tatuajes tendrán la capacidad de alertar a una persona cuando tenga fiebre, ciertas infecciones y otros cambios en la fisiología interna.

De manera similar, pueden medir la vida diaria e incluso almacenar información en el cuerpo humano, como informes médicos.

Gates sentenció que este nuevo invento pondrá el fin en el futuro a los celulares tal y como los conocemos.

Los supersmartphones

Neuralink de Elon Musk, trabaja en interfaces mente – máquina, pero existe la posibilidad de que esta tecnología llegue al mercado antes de que la empresa lance su primer producto.

Todo esta relacionado con el desarrollo de bots de IA existentes, como Bixby y el Asistente Google.

Ya no será la misma la función de un smartphone como el que tiene la mitad de la población mundial.

En la actualidad, las personas se están familiarizando con un lado de la ingeniería más innovador y las empresas están tratando de hacerla realidad, existen móviles que pueden estirarse, donde a futuro un móvil se le pueda estirar el tamaño de la pantalla para que parezca una Tablet.

Samsung creó una pantalla de prueba de concepto capaz de estirarse más de 12 mm sin romperse.

El aspecto de las cámaras, los móviles modernos, suelen tener tres cámaras traseras para diversas situaciones.

En cuanto a los megapíxeles se refiere, se pueden ver grandes mejoras, algo que cada año se aprecia con grandes marcas como Xiaomi o Samsung que superan con cada novedad que lanzan.

El salto que se viene es un toque de atención para los que invierten 3 millones de pesos en un dispositivo para sentirse aggiornado.

Podría decirse que era hora, mirando hacia atrás, los teléfonos inteligentes ya llevan casi 20 años; casi treinta si se cuentan los predecesores del iPhone.

Los modelos se han ido renovando en forma automática, lo que encuadra en la versión de la computación de bolsillo, que se inició con el iPhone de 2007, o sea que acumula 17 años.

Al principio, implicaba mejoras notorias en el hardware (sobre todo, en la pantalla y en la cámara) y también habilitaba el acceso a funciones del sistema operativo que o no eran posibles, o no funcionaban bien en el modelo previo.

Los componentes del smartphone han mejorado año a año más rápido que la mayoría de las exigencias del sistema operativo y de las nuevas tareas que pudieron imaginar sus desarrolladores.

En consecuencia, a los celulares modernos les sobra capacidad computacional.

El progreso se basa en el perfeccionamiento y, ocasionalmente, en la aparición de un concepto nuevo.

El teléfono con pantalla plegable, que ya lleva cinco años, lo mismo que el dispositivo que viene con un chip optimizado para inteligencia artificial, que ahora tendrá más protagonismo.

Lo mismo con las versiones de sistema operativo: cada tantos años hay un salto notable -desde lo estético y desde lo funcional- pero hoy se trata más de que con la nueva edición llega una nueva aplicación o función que se agrega, y no de un nuevo paradigma de uso.

En este contexto, Argentina se ubica entre los cinco países que más utilizan el celular en el planeta, según un estudio encabezado por Electronic Hub.

Usuarios argentinos

Las redes sociales y las aplicaciones son el uso más extendido que se le da a los celulares.

El usuario promedio argentino de Internet destina 145 minutos al día a las plataformas digitales.

Este comportamiento se actualiza permanentemente con la evolución de la tecnología e inclusive un pequeño porcentaje se anota en la carrera de estar en la cresta de la ola en materia de dispositivos.

Esta alocada carrera, que supera al promedio de cambio de aparato en 42 meses, obliga a desembolsar más de 2.000 dólares cada vez que se va por lo último de lo último.

El año pasado, en términos generales, hubo una ralentización de las renovaciones, quizá debido a la madurez que alcanzaron el hardware y el sistema operativo, que los mantiene vigentes por más tiempo.

Ya en 2023 se habían enviado unos 1100 millones de smartphones en todo el mundo, un 4 por ciento menos que en 2022, según las consultoras Canalys e IDC, un volumen bastante lejano de los 1550 millones que reportaba Counterpoint en 2017.

Aunque todos los fabricantes renuevan su oferta con una cadencia de al menos doce meses (Apple, con el 21% de las ventas mundiales) o varias veces en el año con diferentes familias de equipos (el 79 por ciento restante, con Samsung, histórico número 1, intentando recuperar el primer puesto anual), la mayoría de las personas con teléfono no lo está cambiando ni todos los años ni cada dos años.

En la Argentina, por ejemplo, se pasó de los 28 meses que alguien demoraba en 2018 en cambiar su smartphone a los 42 meses actuales.

El ciclo de reemplazo es, en Brasil, de 49 meses; en México, 41 meses.

El promedio mundial asciende a 51 meses, según TechInsights.