A poco más de una semana del momento más esperado por las familias de los niños del Jardín Belén, de San Pedro, los acusados de perpetrar abusos sexuales en la institución generan maniobras de último momento para modificar sus procesos. Acusando a una de las madres de “obsesionarse con el cura” Mattiussi, buscan el sobreseimiento. Además, los imputados solicitaron de manera polémica el cambio del Tribunal que estará al frente del dictamen entre el 9 y el 13 de mayo próximos en San Nicolás; la Cámara que lo decidiría está integrada por el padre de uno de los abogados defensores. Carla Vitale, mamá de una de las víctimas, aseguró que una sentencia condenatoria “no alcanza, no nos repara, no nos cierra la herida. Pero la necesitamos para que nuestros hijos puedan creer que causar tanto daño no da lo mismo”.
Carolina Mitriani
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Más de cinco años lleva un grupo de familias de San Pedro, que confiaron en el Jardín Belén como lugar para el cuidado y crecimiento de sus hijos. No esperaban que aquella decisión llevara al calvario que desataron las primeras expresiones de los niños, dando cuenta de la posible comisión de abusos sexuales. Los imputados son el sacerdote Tulio Alejandro Mattiussi, el exportero Anselmo Ojeda y la expreceptora María Luján Rubies.
Desde el próximo 9 de mayo –y hasta el 13– se afrontará la etapa de juicio oral por la causa. Por el momento, la Justicia determina que el proceso estará a cargo del Tribunal Oral y Criminal 2 de San Nicolás, compuesto por los jueces Alejandro López, María Elena Baquedano y Belén Ocariz. Sin embargo, la intención de último momento de la defensa es recurrir a la Cámara de Apelaciones para modificar la composición del estrado. Alegan que hay “animosidad contra el cura y una campaña de desprestigio hacia él/ellos por parte de una madre en particular”.
La nueva instancia que plantea la defensa, de recusación del Tribunal que ya rechazó el sobreseimiento, se instala en la Cámara de Apelaciones que tiene a Alberto Moreno, Eduardo Alfredo Alomar y Guillermo Rubén Martínez al frente. “El doctor Moreno, que es abogado de Mattiussi, es hijo de uno de los miembros de la cámaras”, alegan las familias denunciantes. Lo que pretenden es que Moreno se excuse y quede expuesto en la Justicia el vínculo que puede sembrar suspicacias en el desarrollo procesal.
Defensa
Una marcada intención de dilatación de la instancia crucial del juicio es perpetrada por la defensa de los tres acusados. Éste tenía marcado el mes de diciembre del 2021 como fecha de inicio, pero una serie de argumentos y excusas arrastraron a una nueva postergación, que tuvo también la afección de la feria judicial. Sin embargo, la jugada llevó a que en ese tiempo se pongan en tema desde el Observatorio de Víctimas del Poder Legislativo de la Nación y tomaran la iniciativa de hacerse presentes en el proceso. “Eso nos da una garantía de protección de los derechos”, refirió Carla Vitale, mamá de una de las víctimas. También acompañará la organización ad honorem ACASE, que aborda los casos de abuso sexual infanto-juveniles, y el fiscal de la causa contará con dos fiscales tematizadas: Franca Padulo y Belén Baños.
Dolor y fortaleza
“No me puedo creer estar en este lugar. Cuando toca, algo tenés que hacer. Y no es solo un compromiso con nuestros hijos, con la reparación simbólica de esto que les pasó, sino que es un compromiso social, para que este tipo de personas dejen de estar lejos de niños”, manifestó Carla, en el aire de Radio U.
Es una situación que “revuelve y moviliza” a las cinco familias que tomaron la iniciativa de denunciar; además, a las que aún no cuentan con la fuerza suficiente para hacerlo pero acompañan el proceso. “Creo que esto es parte de la estrategia: generar una desestabilización en nosotros. Estamos lejos de desestabilizarnos porque vamos con el corazón en la mano, porque lo único que queremos es hacer justicia por nuestros chicos y hace muchos años que lo venimos transitando”, aseguró Carla Vitale.
Las familias pensaban “llegar al juicio en paz, con los nervios lógicos del proceso como este”. Pero la estrategia de la defensa buscó instalar que Vitale tiene cuestiones personales contra el sacerdote. Pese a estas instancias de constante perturbación, quienes se animaron a presentar los cargos ante la Justicia permanecen unidos, con el objetivo de garantizar una instancia de paz para sus vidas. “Nuestra mejor venganza es, de alguna manera, que los niños logren ser felices”, resaltó una de las mamás, que insistió en la importancia de que la sociedad acompañe el proceso del juicio en los tribunales nicoleños, para fortalecerlos.
Lazos
Hace unos meses, sabiendo de un almuerzo entre el obispo de San Nicolás -monseñor Hugo Norberto Santiago- y representantes de la diócesis, tres padres de víctimas se acercaron al lugar. Intentaron hablar con él, buscando saber si iba a activar el protocolo por abusos con el que cuenta la Iglesia. “Ellos nos denuncian por invasión a la propiedad privada y agresión; a lo que respondimos que nosotros nos sentíamos amedrentados y agredidos, porque nos gritaron un montón de cosas que están grabadas y nos empujaron”, relata Vitale. Y agrega: “Al obispo le dio el juez de San Pedro una medida de restricción de acercamiento y la Cámara se la retiró luego. A esa situación la toman como que yo estoy obsesionada con el cura, cuando hay tres acusados”.
Cabe recordar que Hugo Santiago increpó a través de redes sociales a las familias, en busca de que retiren las denuncias, particularmente contra el cura. Esto fue probado por la Justicia. Además, a los denunciantes les consta que “el obispo fue en varias oportunidades a hablar para que lo liberen a Tulio, a decir que él se hacía cargo y hoy está bajo el ala del obispado. De hecho, mandó a todo el circuito de la diócesis comunicados, diciendo que yo como psicóloga estaba inventando todo”, lamentó Carla Vitale.