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lunes, diciembre 30, 2024
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Las mujeres y las niñas siguen siendo asesinadas solo por el hecho de ser mujeres y niñas

VIOLENCIA DE GÉNERO

En algunos países, los avances conseguidos durante décadas para detener la violencia contra las mujeres y su discriminación están retrocediendo, asegura una relatora de la ONU, que pide defender el objetivo, el espíritu y el significado de las obligaciones fundamentales en materia de derechos humanos.

La violencia infligida por la pareja es la forma más común, con unos 641 millones de mujeres afectadas en todo el mundo.

De la Redacción de EL NORTE
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La violencia contra las mujeres y niñas es una de las violaciones de derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras de nuestro tiempo, afirmó una experta en derechos humanos de la ONU.

“Las mujeres y las niñas siguen siendo asesinadas por razón de su sexo y género, siendo más vulnerables al feminicidio cuando el hecho de ser mujeres y niñas se cruza con otros motivos o identidades”, afirmó Reem Alsalem, relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, cuyo cometido incluye examinar las causas y consecuencias de los ataques.

Alsalem afirmó que las mujeres “siguen sin poder organizarse libremente, creer y hablar, y sufren las consecuencias”, dijo en unas declaraciones que siguieron a la presentación de su informe ante la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

“En algunos países, hemos sido testigos de preocupantes regresiones en su capacidad para acceder a la educación, moverse libremente y acceder a la salud sexual y reproductiva”, explicó.

“Estos retrocesos se producen mientras el mundo atraviesa múltiples crisis provocadas por guerras, el cambio climático, la pobreza y pandemias que tienen un claro impacto de género y afectan de manera desigual a mujeres y niñas”, añadió Alsalem.

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Nos encontramos en el ecuador de la carrera para cumplir la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, y “nos hemos dado cuenta dolorosamente de que no estamos ni cerca de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5” sobre igualdad de género y empoderamiento, dijo la experta.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 736 millones de personas son víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, o de violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja, una cifra que ha permanecido prácticamente invariable en la última década.

La violencia infligida por la pareja es la forma más común, con unos 641 millones de mujeres afectadas en todo el mundo.

Según la organización, las más jóvenes siguen estando especialmente expuestas a este tipo de violencia, ya que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años sufre violencia a manos de su pareja cuando alcanza la veintena.

DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO

“La igualdad de género no puede lograrse sin garantizar que las mujeres y las niñas puedan disfrutar de sus derechos humanos fundamentales y participar en la sociedad en igualdad de condiciones y sin discriminación”, señaló Alsalem.

En la actualidad, 50 países siguen teniendo leyes de nacionalidad que contienen disposiciones discriminatorias por razón de género, y en 24 de esos países se niega a las mujeres el derecho a conferir la nacionalidad a sus hijos en igualdad de condiciones con los hombres.

En todo el mundo, casi la mitad de las mujeres casadas carecen actualmente de poder de decisión sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.

APATRIDIA

La experta independiente añadió que la discriminación por razón de sexo y género en las leyes de nacionalidad es una de las principales causas de la apatridia.

“No nos equivoquemos. La apatridia y las leyes de nacionalidad discriminatorias por razón de sexo equivalen a violencia contra la mujer, ya que constituyen formas graves de discriminación contra las mujeres y las niñas, tal como se definen en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.”

Tales situaciones “dan lugar a un círculo vicioso de incumplimientos y violaciones de los derechos humanos, exacerbando directa e indirectamente la violencia psicológica, sexual y física”, concluyó Alsalem.

La relatora pidió a los Estados que “defiendan el objetivo, el espíritu y el significado de las obligaciones fundamentales en materia de derechos humanos”.