Se encuentra asociada a factores biológicos, hormonales y hereditarios, así como también a circunstancias y experiencias, problemas de ansiedad y trastornos alimenticios. La incidencia de género podría estar relacionada por la diferencia en las situaciones que van a marcar y condicionar: techo de cristal en los trabajos, diferencia salarial, sobrecarga de la doble jornada laboral entre la crianza de quienes son madres y los trabajos fuera de casa, violencia intrafamiliar y presión social respecto a la imagen corporal.
De la Redacción de EL NORTE
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Esta semana y como cada año, el Día Mundial de Lucha Contra la Depresión pone en agenda esta problemática. Según la Organización Mundial de la Salud, las mujeres tienen casi el doble de probabilidades de tener un diagnóstico de depresión que los varones.
A partir de los resultados del Estudio Argentino de Epidemiología en Salud Mental se observó que las mujeres tuvieron un 85% más de probabilidades que los hombres de padecer trastornos de ansiedad.
Comúnmente se encuentra asociada a factores biológicos, cambios hormonales, embarazo, depresión posparto, características hereditarias, así como también a circunstancias y experiencias, problemas de ansiedad y trastornos alimenticios.
La incidencia de la depresión en mujeres podría estar relacionada por la diferencia en las situaciones que van a marcar y condicionar: techo de cristal en los trabajos, diferencia salarial, sobrecarga de la doble jornada laboral entre la crianza de quienes son madres y los trabajos fuera de casa, violencia intrafamiliar y presión social respecto a la imagen corporal.
´La carga mental´ que viven en comparación con los varones y el estereotipo de masculinidad ´hegemónica´ que impacta en que ellos se expresen menos sobre este tema, se ubican como otras posibles razones de esta prevalencia en cuanto al género.
Trastorno
Los especialistas coinciden en definir a la depresión como un trastorno del estado de ánimo que tiene un origen biológico, psicológico y social que se expresa en un sentimiento de tristeza persistente y pérdida de interés en lo cotidiano.
Algunos tipos de depresión son exclusivos de las mujeres.
Embarazo, posparto, menstruación, perimenopausia implican cambios físicos y hormonales drásticos. Los factores culturales y educativos también influyen: estereotipos de género cada vez más interiorizados como sentimiento de culpa, asumir roles de cuidadora, de persona multitarea.
La anhedonia se conoce como uno de los signos más característicos cuando a una mujer le sobreviene una depresión. Se trata de una especie de incapacidad para experimentar placer o disfrutar de las cosas. El resto de síntomas compartidos, suelen ser: tristeza intensa, pérdida de peso, insomnio, agitación, fatiga o pérdida de energía, dificultad para concentrarse o la indecisión, pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida, en los casos más graves.
Sin tratamiento único
La depresión también puede ir asociada a síntomas físicos como dolores de cabeza, calambres, problemas digestivos, problemas para dormir o despertarse, sensación de cansancio excesivo, entre otros.
Es a partir de la pubertad cuando la posibilidad de sufrir trastorno depresivo comienza a crecer, situándose el pico alrededor de los 40 años. Padecer depresión en esas edades también puede incrementar patologías del corazón, cáncer o diabetes, entre otras.
Incluso los casos más graves de depresión se pueden tratar. Afecta a cada persona de forma diferente y esta es la principal razón de que no exista un tratamiento único. Por eso es fundamental, la consulta a especialistas.
300 millones de personas
Según la OMS, la depresión afecta al 5% de los adultos del mundo, a un 5,7% de los mayores de 60 años, al 1,1% de los niños y adolescentes entre 10 y 14 años y al 2,8% en la franja de 15 a 19, lo que implica que alrededor de 280 millones de personas tienen depresión en el mundo.
A su vez, es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
Enfermedades preexistentes que pueden provocar síntomas depresivos, como el hipotiroidismo, la mononucleosis, entre otras afecciones. También, presiones de tipo social como el bullying (acoso escolar), cyberbulling (acoso por redes sociales) o mobbing (acoso laboral).
Pandemia y contactos útiles
La pandemia de Covid-19 incrementó la prevalencia de trastornos depresivos en el mundo, y en Argentina impactó en el 30% de su población, según un sondeo realizado por el lnstituto de Investigaciones Psicológicas (IIPsi) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Quienes requieran asistencia o acompañamiento en salud mental, pueden comunicarse al 0800-222-5462, acercarse a un hospital público de la red provincial, o a uno de los Centros Provinciales de Atención de la Salud Mental y Adicciones (CPA).
El 0800 999 0091, es una de las líneas nacionales que funciona las 24 horas todo el año.
La línea 135 corresponde al Centro de Asistencia al Suicida (CAS), es personal, confidencial y anónima para personas de todo el país que buscan ayuda.
En San Nicolás, el Hospital San Felipe y la Municipalidad cuentan con servicios vinculados.
