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martes, octubre 22, 2024
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LAS MUJERES DEBEN TRABAJAR 15 MESES PARA OBTENER LOS MISMOS INGRESOS QUE LOS VARONES ACUMULAN EN 12

ESTE MES SE RECLAMA EL DERECHO AL PAGO IGUALITARIO

Además, 7 de cada 10 personas que se ocupan de las tareas del hogar son mujeres: el tiempo dedicado a las tareas domésticas y de cuidados no remunerados. Parecen fenómenos separados pero esta jornada de trabajo gratuita dentro de los hogares se convierte en la diferencia fundamental que sostiene y reproduce las disparidades en el mercado laboral. La brecha en la ocupación principal alcanzó el 22,9% en el cuarto trimestre de 2022.

De la Redacción de EL NORTE
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Desde 2018, Ecofeminita -organización interdisciplinaria creada y liderada por mujeres centrada en la visibilización de las desigualdades de género en sus distintas formas- impulsa la efeméride por el Pago Igualitario en Argentina, para evidenciar la brecha salarial. Las mujeres tienen que trabajar un año y tres meses para obtener los mismos ingresos que los varones acumulan en un año. Además, 7 de cada 10 personas que se ocupan de las tareas del hogar son mujeres: el tiempo dedicado a las tareas domésticas y de cuidados no remunerados. Parecen fenómenos separados pero esta jornada de trabajo gratuita dentro de los hogares se convierte en la diferencia fundamental que sostiene y reproduce las disparidades en el mercado laboral.

El año pasado el ingreso medio mensual de las mujeres fue de $39.400 y el de los varones, $53.200. Esto implica que al año, en promedio, las mujeres ganaron $165.600 menos que ellos, el equivalente a más de cinco salarios mínimos, vitales y móviles. En un escenario hipotético, esto implicaría que los varones podrían no trabajar durante 3 meses y 4 días y recién ahí igualarían lo que ganan con respecto a las mujeres. 

EMPLEO NO REGISTRADO

Las políticas públicas deben garantizar cuidados a la población para ayudar a reducir esta disparidad y acercar a un escenario menos desigual.

La reglamentación del art. 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, que garantiza los espacios de cuidados o el reintegro por el gasto de los mismos para la primera infancia (entre 45 días y los 3 años) en los espacios de trabajo con más de 100 trabajadores, va en ese sentido aunque la implementación no siempre llega. Además, hay que recordar que el cálculo de la brecha es un promedio del total y que para el caso de los y las trabajadoras que están por fuera de la ley de contrato de trabajo privado y para aquellos/as que trabajan en espacios que no alcanzan ese número de trabajadores/as hacen falta políticas de cuidado integrales.

Este punto no es menor ya que el empleo no registrado es una problemática general en nuestro país. Sin embargo,  afecta en mayor medida a las mujeres asalariadas: hay un 36% de trabajadoras que no posee descuento jubilatorio, mientras se reduce a un 30% para  los varones asalariados. En estos casos el salario promedio de las mujeres es de $19.900 y el de los varones $32.300 al mes, es decir, en los casos de informalidad laboral la brecha salarial asciende a 38,5%. Por lo tanto, las mujeres pertenecientes a este fragmento tienen que trabajar 5 meses y medio más para equiparar el salario de sus pares.

TRABAJADORAS DE CASAS PARTICULARES

Entre las trabajadoras informales, que representan más de un tercio del total, se encuentran las trabajadoras de casas particulares que tienen las tasas más altas de precarización y los salarios más bajos de la economía. Aproximadamente el 70% de ellas no cuenta con vacaciones pagas, no percibe aguinaldos ni pago en caso de enfermedad, y no cuentan con cobertura de salud mediante obra social. En el informe que realizó EcoFemiData sobre dicho sector, se puede ver que el 85,9% de quienes trabajan de forma remunerada realizando trabajo doméstico y de cuidados también realizan estas tareas de forma no paga en su hogar. Asimismo, la mitad de ellas es el principal sostén económico del hogar, lo que conlleva a que la mayoría esté en los estratos de más bajos ingresos en la distribución total.

Entre las trabajadoras informales, que representan más de un tercio del total, se encuentran las trabajadoras de casas particulares que tienen las tasas más altas de precarización y los salarios más bajos de la economía. Aproximadamente el 70% de ellas no cuenta con vacaciones pagas, no percibe aguinaldos ni pago en caso de enfermedad, y no cuentan con cobertura de salud mediante obra social.

A su vez, la carencia de aportes para asegurar una jubilación una vez terminado el período de trabajo activo por desarrollarse en el mercado informal o por trabajar sin reconocimiento en sus hogares y comunidades, implica que generar políticas como las moratorias previsionales beneficien  en mayor medida a las mujeres. De todas maneras, como cobran el haber mínimo, se evidencia también dentro del universo de jubilados/as una brecha del 17% entre los ingresos: un reflejo de las desigualdades en la edad activa.

BRECHA SALARIAL

La brecha en la ocupación principal, conocida como brecha salarial, alcanzó el 22,9% en el cuarto trimestre de 2022. “Esto significa que una mujer ocupada debió trabajar, en promedio, casi una semana más por mes para alcanzar el salario promedio de un varón”, enfatizó la directora de Economía y Género.

Las brechas de ingresos entre trabajadores y trabajadoras informales son más marcadas pero están presentes en todo el mercado de trabajo.

Un reciente informe del Ministerio de Economía detalla que la brecha salarial se profundizó en el caso de los Servicios Sociales y de Salud (31,6%), los Servicios Comunitarios (32,7%), el Comercio (36,0%), la Industria Manufacturera (30,1%) y las Actividades Primarias (34,6%).

El Ministerio de Trabajo de Argentina relevó que solo el 27,2% de las empresas que participaron en la Encuesta de Indicadores Laborales implementan planes por la igualdad de género.

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