Se vienen las últimas batallas legislativas del año, con foco en el Presupuesto, Ficha Limpia, ley de DNU y privatización de Aerolíneas Argentinas.
Con las elecciones de Estados Unidos en foco, la Cámara de Diputados tomó aire esta semana y aminoró su ritmo, pero oficialismo y oposición miden fuerzas para librar las últimas batallas del año en el Congreso.
Invitados por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), una delegación de diputados y senadores nacionales, y también empresarios y periodistas, viajaron al país del norte en calidad de veedores internacionales.
De la Cámara baja fueron parte de la comitiva el titular del bloque del PRO, Cristian Ritondo (Buenos Aires); el presidente de la bancada de la UCR, Rodrigo de Loredo (Córdoba); el bonaerense Bertie Benegas Lynch (La Libertad Avanza); los macristas santafesinos Germana Figueroa Casas y Luciano Laspina; la bullrichista cordobesa Laura Rodríguez Machado; y la catamarqueña de Unión por la Patria María Fernanda Ávila.
La ausencia en el país de los jefes de bloques aliados como Ritondo y De Loredo, dos espadas clave para los acuerdos parlamentarios con el oficialismo, dificultan operativamente la actividad en la Cámara baja, que esta semana se limita a unas pocas reuniones de comisión.
La más importante se desarrollará recién el jueves en la comisión de Presupuesto y Hacienda, donde concurrirá el ministro de Salud, Mario Lugones, para defender las partidas asignadas por el Gobierno al área que conduce durante el ejercicio 2025.
La semana que viene, en tanto, podría haber una sesión especial pero restringiendo el temario al debate de la ley de Ficha Limpia, dado que el Gobierno cometió un error de cálculo cuando envió el proyecto para privatizar Aerolíneas y no carece de los votos suficientes.
Presupuesto
El proyecto de Presupuesto es, indudablemente, el principal campo abierto donde se librará la guerra de posiciones entre el oficialismo y la oposición.
Naturalmente, la disputa se desarrollará en el terreno del oficialismo, porque por lógica el proyecto del Poder Ejecutivo debería convertirse en el dictamen de mayoría.
Pero hay algunas señales de alerta que en Balcarce 50 no desatienden. Encuentro Federal, el bloque de 16 diputados nacionales que lidera Miguel Pichetto, se encamina a firmar un dictamen de minoría en caso de que el oficialismo no incorpore sus propuestas.
Otros bloques como Democracia para Siempre (los doce radicales sin peluca que pegaron el portazo de la bancada de De Loredo) y la Coalición Cívica podrían emular esos pasos.
Estos sectores eran parte del entramado opositor dialoguista que ayudó al oficialismo hasta poco después de la sanción de la Ley Bases, pero que producto de una serie de desplantes del Gobierno endurecieron el discurso y se alejaron de la zona de aliados estables (donde se erige el PRO y, en menor medida, la UCR).
Sin apartarse un centímetro de la regla del equilibrio fiscal, Encuentro Federal propone que el Presupuesto 2025 recomponga partidas para los sectores más perjudicados durante este año como jubilaciones y universidades.
Para compensar esta expansión del gasto sugiere pasar la tijera en áreas que el Gobierno preferiría dejar a salvo como las exenciones impositivas que gozan regímenes especiales como la Economía del Conocimiento o Tierra del Fuego.
También en las huestes de Pichetto proponen eliminar las asignaciones específicas de la ley de Combustibles para engrosar la masa coparticipable y que Nación salde las deudas con las cajas previsionales provinciales.
Producto de este panorama, en el oficialismo empiezan a considerar seriamente la posibilidad de que al final del recorrido no se apruebe ningún Presupuesto para el año próximo.
En la Casa Rosada, de todos modos, no ven esta hipótesis como algo fatídico. Le permitiría al Gobierno tener más margen de discrecionalidad para manejar el presupuesto en un año electoral.
Si se aprueba un Presupuesto acorde a los intereses de Javier Milei, mejor; en su defecto, la línea de trabajo será convencer al FMI y a los actores financieros en la idea de que la política económica de Milei es previsible, ofrece seguridad jurídica y apunta a objetivos nobles compartidos como el equilibrio fiscal y la libertad de empresa, y no requiere de un corset presupuestario.
Esta hipótesis atemoriza a la oposición dialoguista. Sin presupuesto, el Gobierno va a poder gozar del libre albedrío y disponer de los recursos a su antojo.
“Lo peor sería que no haya presupuesto. Por eso, nosotros queremos ser responsables de que haya un presupuesto con déficit cero”, señaló un diputado de Encuentro Federal.
El legislador opositor desconoce si en la mente de Milei ronda la idea de retirar el proyecto en caso de que la oposición no se arrodille ante el “masterplan” oficial.
“Creemos que sí o sí que debe haber un presupuesto, les guste o no les guste”, indicó, aunque admitió que existe la posibilidad de que Milei sacrifique el Presupuesto y se quede con ”el show comunicacional”, volviendo a señalar como “culpables” a los sectores de la oposición que no acompañen, como ya sucedió con la primera versión de la ley Bases.
Aún con presupuesto aprobado hay riesgos de discrecionalidad. Esto tiene que ver con la proyección de inflación llamativamente optimista para el año que viene, de tan sólo 18%.
Si la inflación fuera, como estiman las consultoras privadas, en torno al 45 o 50% de punta a punta, la recaudación sería ostensiblemente mayor y el Gobierno se haría un excedente billonario para poder disponer discrecionalmente.
En este punto, lo que propone Encuentro Federal es que si la recaudación fuera mayor, el Gobierno se comprometa a bajar impuestos, empezando por las retenciones. Y si la recaudación fuera menor (una probabilidad cercana a cero) y hubiera en ese sentido que recortar partidas en la misma proporción, que sea el Congreso el que decida por qué sectores pasar la motosierra.
Ley de DNU
El otro frente de batalla abierto es en lo que respecta a la Ley de DNU, donde la oposición alcanzó un dictamen de mayoría firmado por Encuentro Federal, Unión por la Patria y Democracia para Siempre.
El éxito o fracaso dependerá del nivel de acuerdo al que se pueda arribar con los bloques dialoguistas que firmaron dictámenes de minoría más “soft”, como la UCR y la Coalición Cívica.
“Tenemos que ver bien porque la Constitución pide una mayoría agravada para esa ley. Vamos a convocar a una sesión, pero estamos viendo cuándo hacerlo. Tenemos que estar seguros de que nos van a dar los números”, indicaron las fuentes consultadas de Encuentro Federal.
El diálogo de estos bloques con la UCR es entrecortado, pero de allí podrían salir los votos decisivos para alcanzar las 129 voluntades.
“Rodrigo (De Loredo) nos está planteando que lo hagamos después del Presupuesto. No sé en qué va a terminar. Siempre en caso de duda, él quiere ayudar al Gobierno”, lamentaron.
Aerolíneas Argentinas
La cuestión Aerolíneas Argentinas es un estandarte de la cruzada privatista del Gobierno, y busca ser el caso que abra las compuertas para una avalancha de privatizaciones de empresas públicas.
El oficialismo se encuentra en un intríngulis de difícil solución. No tiene los votos para la privatización total. Encuentro Federal y Democracia para Siempre firmaron un dictamen de minoría que propone la capitalización privada pero conservando el control estatal de la mayoría accionaria: el exitoso modelo YPF.
La mayoría de los diputados de Encuentro Federal y de quienes hoy militan en las filas de Democracia para Siempre había aceptado la privatización de Aerolíneas cuando se aprobó la Ley Bases con media sanción. En aquel momento fueron 138 votos por la privatización de la compañía de bandera. Hoy no suman más de 115. Pasó mucha agua debajo del puente en el medio.
“El gobierno en aquel momento venía con la esperanza y venía siendo mucho más negociador. Los funcionarios se sentaban con nosotros. Después tiraron todos por los aires. Hasta cambiaron el nombre de un edificio público por DNU. El Gobierno se volvió un poco confiable”, explicó el diputado de Encuentro Federal sobre el giro en la postura de muchos de sus pares.
“Cualquier opción menos liquidar la empresa nosotros estamos dispuestos a discutir. El problema es que el gobierno no explica. Veremos qué pasa”, resaltó, dejando una puerta abierta a la negociación.
El problema es que al Gobierno no le interesa ceder y su plan A, B y C es la privatización total. Esto lleva a un callejón sin salida y a una encrucijada: dejar pasar este año sin tratar el tema para evitar una humillante derrota en el recinto, o pedir la sesión y morir con las botas puestas, volviendo a usar el “principio de revelación” como látigo comunicacional para azotar a los opositores.
“Salvo que lo comunicacional gane, no veo que este año lo tiren a la leonera. Si no se acercan más a un proyecto parecido al nuestro, que no creo que lo quiera hacer el Gobierno. Para mí no se trata este año”, indicó la fuente consultada.
Ficha Limpia
Así las cosas, lo más probable es que la sesión de la semana que viene solo contenga el proyecto de Ficha Limpia en el temario, excluyendo la ley de privatización de Aerolíneas Argentinas.
El dictamen de mayoría de este proyecto de tinte electoral, que tiene como autora principal a la macrista Silvia Lospennato fue firmado también por diputados de La Libertad Avanza, Encuentro Federal, la UCR y la Coalición Cívica.
El objetivo es impedir que sean candidatos a cargos públicos electivos a quienes tengan condena penal confirmada en segunda instancia judicial por comisión de delitos dolosos graves.
El proyecto había sido incorporado a la orden del día de la sesión en la que se aprobó la Boleta Única de Papel, pero se retiró por un acuerdo de Labor Parlamentaria.
Nadie pierde de vista el contexto en que se desarrolla este debate: el 13 de noviembre, la Cámara de Casación dará a conocer el fallo de segunda instancia sobre la condena a Cristina Kirchner por la causa Vialidad.