Entre las dificultades que debieron atravesar muchos sectores por la llegada de la pandemia, la venta ambulante de objetos religiosos llegó a estar en declive. Tras un fin de semana largo, los puesteros cerraron con una suba en sus ventas. “Le pelearon mucho estos cuatro días al Día de la Virgen, aunque seguimos golpeados por la pandemia”, confió Lidia Quiñones, una puestera que trabaja allí hace 36 años.
De la Redacción de El Norte
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Son de público conocimiento los problemas que ha causado la pandemia con las restricciones, consecuencia de una política mundial para el cuidado de la salud de las personas. Sin embargo, la balanza que se inclinó por el lado de la salud, tiró por la borda el equilibrio con la economía y hubo muchos argentinos que perdieron sus trabajos.
De hecho, en el último informe realizado por el INDEC, se dio cuenta de que en el aglomerado San Nicolás-Villa Constitución, hay un 47,1% de pobres. Este medio, dio cuenta también de los 131 comercios que cerraron entre marzo del 2020 y marzo del 2021 en una investigación pasada. Todo esto conlleva una seguidilla de dificultades para muchos otros rubros, y la venta ambulante es ejemplo de ello.
En medio del fin de semana extra largo, EL NORTE recorrió los puestos de venta de objetos religiosos que se ubican por calle Sarmiento, en inmediaciones del Santuario. Allí, pudo consignar que subieron las ventas pero que aún es insuficiente para ayudar a levantar la actividad del sector.
“Yo trabajo hace 36 años de esto, vivía de la venta ambulante hasta que llegó la pandemia y tuvimos que cerrar por mucho tiempo. Ahora trabajo en una casa de familia limpiando de lunes a viernes, y fin de semanas y feriados estoy acá intentando vender. Tuve que salir a buscar otro ingreso porque la situación era crítica”, comentó Lidia Quiñones, quien tiene su puesto lindero a la puerta de acceso al Santuario, por calle Sarmiento.
“Debo admitir que este fin de semana le peleó mucho al del Día de la Virgen, casi en igualdad de condiciones te diría pero claramente se nota que la cantidad de gente se redujo mucho. En estos cuatro días hicimos un 15% más que un sábado o domingo comunes. Por ejemplo, en agosto cerramos en un promedio de $3.000 por fin de semana y en septiembre hubo un repunte con el Aniversario Mariano, pero la mayoría tenemos otros trabajos por la poca venta”, añadió Quiñones.
Consultada sobre la temática, una peregrina que se encontraba eligiendo algunos objetos de dichos puestos señaló: “Vine el Día de la Virgen y hoy también porque soy devota de ella. Antes me sorprendía las largas filas que tenía que hacer para comprar una estampita, ahora ver todos los puestos vacíos me rompe el alma. En Luján pasa lo mismo, ni la caminata tradicional de la semana pasada fue suficiente para el sector”.