El incremento será en tres tramos: un 18% en el mes de abril, 15% en julio y un 12% en octubre. A esto se sumará una cláusula de revisión en noviembre. La discusión se da en el marco de un nuevo llamado por parte del Gobierno a este 16 de marzo al Consejo del Salario para debatir un nuevo piso de ingresos en el sector formal, en la actualidad de 33.000 pesos.
De la redacción de EL NORTE
redacció[email protected]
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) se apresta a firmar su acuerdo paritario anual con una suba de 45%. La cifra servirá como pauta de referencia para el sector privado, y se estima por encima de la que promueve el Gobierno.
El incremento será en tres tramos: un 18% en el mes de abril, 15% en julio y un 12% en octubre. A esto se sumará una cláusula de revisión en noviembre.
La discusión se da en el marco de un nuevo llamado por parte del Gobierno a este 16 de marzo al Consejo del Salario para debatir un nuevo piso de ingresos en el sector formal, en la actualidad de 33.000 pesos.
La negociación entre el Estado, las cámaras empresarias y las centrales obreras se dará bajo la premisa de que la administración de Alberto Fernández aceptará mantener abierta de manera permanente la instancia para garantizar que los eventuales acuerdos alcanzados ese día puedan someterse a una revisión apenas la inflación amenace con licuar los incrementos. De este modo, el posible entendimiento no tendrá una fecha precisa de caducidad.
Las deliberaciones tendrán como marco la pretensión del Ejecutivo de aplicar para esta instancia la pauta de 40% de aumentos (daría un nuevo mínimo de 46.000 pesos) que busca extender en las paritarias de los sectores privado y público.
Corresponde recordar también que este núcleo fabril comprende a una de las actividades consideradas claves para “afianzar la recuperación industrial” en el presente año y su universo está constituido en su mayoría por medianas y pequeñas empresas.
En cuanto al Gobierno también se aprecia un marcado interés para que la mesa metalúrgica llegue al acuerdo, no solo por el valor referencial del convenio. Incluso el secretario general de la UOM almorzó jornadas pasadas con el presidente Alberto Fernández, sobre quien expresó sin titubeos que está dispuesto a avalar una posible reelección en 2023.
Caló incómodo
La UOM, por su parte, en el devenir de las reuniones con las cámaras, ya atravesó su proceso electoral, donde la nota saliente fue la victoria del dirigente Adrián Pérez, de Quilmes, sobre el histórico líder del conurbano sur, Francisco “Barba” Gutiérrez, que mantuvo su liderazgo de 38 años.
Pérez analizó también el escenario de la mesa de discusión paritaria y expresó en diálogo con la agencia Télam que “los metalúrgicos sufrieron en los últimos años un gran deterioro socio-salarial”, si bien acotó que mantiene una “correcta relación” con el secretario general Antonio Caló.
La definición de las elecciones en todas las seccionales del país de la Unión Obrera Metalúrgica dejó un nuevo organigrama de jefaturas con pocos cambios pero decisivos: el triunfo de un referente contestatario en Avellaneda, la principal filial del país; la continuidad de opositores en La Matanza; la derrota de la línea histórica en Quilmes, y la inminente intervención de la filial Morón son elementos que sumarán ruido a los planes de Antonio Caló para ser reelecto al frente del principal sindicato industrial del país el martes próximo.
La tensión entre Avellaneda y Nación pone una cuota extra de incertidumbre respecto del intento de Caló por ser reelecto la semana que viene: el gremio define sus cargos nacionales mediante una suerte de colegio electoral en el que votan los dirigentes resultantes de las elecciones en cada seccional, y la tradición permanente de la UOM indica que Avellaneda ubica al secretario adjunto. Antes de Leyes había ocupado ese cargo Juan Belén, quien secundó a Caló. Cerca del secretario general nacional admitieron que analizan romper por primera vez con esa tradición para evitar tensión en la cima del sindicato.