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sábado, noviembre 16, 2024
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La solidaridad también se cocina: un nicoleño en Valencia ayuda a las víctimas de la DANA

SOCIEDAD

Guillermo Guarc, empresario gastronómico radicado en Valencia, es parte de una red solidaria que junto con otros voluntarios cocina más de 20.000 raciones diarias para quienes perdieron todo tras las inundaciones. “La solidaridad es lo único que puede levantar a una comunidad tras una tragedia. Aquí lo estamos haciendo y sé que en San Nicolás sería igual”, destacó.

“Pusimos manos a la obra porque esto afecta a todos, sin importar la clase social”, contó el nicoleño Guillermo Guarc.

De la Redacción de EL NORTE
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La tragedia golpeó con fuerza a Valencia. El fenómeno de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) desencadenó lluvias torrenciales que arrasaron viviendas, negocios y vidas. En este contexto, la solidaridad se convirtió en un refugio y entre quienes la impulsan se encuentra Guillermo Guarc, un empresario gastronómico nicoleño radicado en Valencia desde hace 35 años.

“En mi vida vi algo así”, confiesa, describiendo cómo el agua alcanzó alturas que superaron los marcos de las puertas, arrasando coches, muebles y hasta supermercados enteros. Este escenario desolador no detuvo a un grupo de chefs y voluntarios de la Asociación Alicante Gastronómica Solidaria, quienes se organizaron rápidamente para distribuir más de 20.000 raciones diarias de comida caliente a los damnificados.

Guillermo combina su pasión por la gastronomía con su compromiso social. Actualmente administra San Telmo, su restaurante en Valencia que homenajea a la cultura argentina con sabores de su tierra. Anteriormente fue propietario de Candela, un restó que lleva el nombre de su hija y que decidió vender para concentrarse en nuevos proyectos y más tiempo familiar. “Es un trabajo que amo y cuando lo aplico a ayudar, el resultado es aún más gratificante”, explica.

A partir de su experiencia en el rubro se sumó a esta iniciativa. “Nos unimos porque había una necesidad urgente: no había luz, agua potable ni comida. Nos pusimos manos a la obra porque esto afecta a todos, sin importar la clase social”, contó emocionado. La tarea no es fácil: desde cocinar a gran escala hasta entregar elementos de limpieza y mobiliario, el esfuerzo conjunto moviliza a empresas, asociaciones y ciudadanos comunes.

Lo que hoy es una red solidaria, nació durante la pandemia de COVID-19. En ese entonces, los cierres repentinos dejaron a los restaurantes con grandes cantidades de alimentos sin utilizar, lo que motivó a los cocineros a formar una asociación para asistir a personas sin recursos. “Esto no es nuevo, llevamos años ayudando. Lo del COVID fue un punto de partida y ahora, con la DANA, volvimos a hacerlo”, detalló el nicoleño.

Devastador

El impacto de la DANA es devastador: 16 ciudades han sido declaradas zonas de catástrofe, con más de 800.000 personas afectadas, 150.000 coches arrasados y cientos de hogares inhabilitados. “El panorama es desolador. Todavía hay pueblos sin luz ni agua, y el barro lo cubre todo”, cuenta. La situación ha despertado críticas hacia las autoridades, principalmente por la falta de previsión y gestión tras la tragedia.

A pesar de la destrucción, Guillermo rescata el espíritu solidario, especialmente entre los jóvenes. “Dicen que esta generación no se involucra, pero yo vi mareas de chicos quitando barro, limpiando y ayudando a los vecinos. Eso me emocionó profundamente. Detrás de esta tragedia hay un pueblo que se une para salir adelante”, afirma.

A lo largo de la entrevista, recordó con nostalgia sus raíces en San Nicolás y mencionó que regresa cada tanto para “respirar el aire de casa”. Desde Valencia, no olvida a sus coterráneos y envió un mensaje de aliento. “La solidaridad es lo único que puede levantar a una comunidad tras una tragedia. Aquí lo estamos haciendo y sé que en San Nicolás sería igual”.

Mientras España enfrenta el arduo camino de la reconstrucción, el trabajo de Guillermo y el equipo de voluntarios resaltan como un ejemplo de cómo la empatía y el compromiso pueden transformar el dolor en esperanza.