Meta anunció una serie de actualizaciones de sus políticas de moderación de contenidos, entre ellas, el fin de sus programas de fact-checking y la “eliminación” de las restricciones a la expresión sobre temas como la inmigración, la identidad de género y el sexo. “No es justo que se puedan decir cosas en la televisión o en el Congreso, pero no en nuestras plataformas”, escribió Joel Kaplan, recién nombrado director de asuntos globales de Meta, en una entrada de blog en la que se explicaban los cambios. Aunque la decisión (por ahora) aplica solo en Estados Unidos, la desaparición del proyecto alerta al ecosistema de medios hispanos.
A la par del anuncio, Meta realizó una serie de actualizaciones en sus “Directrices de la Comunidad”, un amplio conjunto de normas que describen qué tipo de contenidos están prohibidos en sus plataformas: Instagram, Threads y Facebook. Algunos de los cambios más relevantes se realizaron en la política de “Conducta de odio”, que abarca las discusiones sobre inmigración y género.
En un cambio notable, Meta ahora permite “acusaciones de enfermedad mental o anormalidad cuando se basen en género u orientación sexual, dado el discurso político y religioso sobre el transgenerismo y la homosexualidad”, y el uso común de palabras como “raro” para referirse a personas de la comunidad LGBTQI+.
El portavoz de Meta, Corey Chambliss comentó al sitio Wired que estas restricciones se flexibilizarán a nivel mundial. A la pregunta de si la empresa adoptará políticas diferentes en países con normativas estrictas sobre la incitación al odio, Chambliss únicamente se remitió a las directrices actuales de Meta para abordar las leyes locales.
Algunos de los cambios más relevantes se realizaron en la política de “Conducta de odio”, que abarca las discusiones sobre inmigración, género y sexo.
OTROS CAMBIOS
Otros cambios significativos en la política de Meta sobre las conductas de odio son, entre otros, la supresión de la prohibición de contenidos dirigidos a personas en función de sus “características protegidas”, que incluyen la raza, la etnia y la identidad de género.
Meta permitirá contenidos que aboguen por “limitaciones basadas en género en los empleos militares, fuerzas del orden y de la enseñanza”. Es decir, da cabida a publicaciones sobre cómo las mujeres no deben reclutarse para el ejército o que son “objetos del hogar”.
La antigua política de Conducta de Odio de Meta señalaba que el discurso de odio podía “promover la violencia offline”. Esa frase que estuvo presente desde 2019, cuando la empresa admitió que su plataforma se utilizaba para incitar las agresiones hacia las minorías religiosas en Myanmar, se eliminó por completo. La actualización sí conserva el lenguaje hacia la parte inferior de la política que prohíbe el contenido que podría “incitar a la violencia inminente o la intimidación”.