La licenciada en Obstetricia oriunda de nuestra ciudad realiza trabajo humanitario para Médicos Sin Fronteras y vio en primera persona la difícil situación que viven las mujeres en la Franja de Gaza. “Es muy difícil para ellas llegar, es muy difícil llegar a parir y que se quieran quedar en el centro de salud, claramente no les gusta la idea de estar separadas de su familia”, aseguró en entrevista con EL NORTE.
Judith Coronel
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Florencia Francisconi, licenciada en Obstetricia, ha trabajado por el mundo ayudando a mujeres en distintos contextos. La nicoleña realiza trabajo humanitario para Médicos Sin Fronteras y se ha enfrentado a un sinfín de situaciones de catástrofe ayudando a dos de los grupos más afectados: los niños y las mujeres.
Asistir a los sistemas de salud cuando estos colapsan en medio de situaciones bélicas, conflictos internos o catástrofes naturales, con pocos –o nulos– insumos, complejiza aún más el trabajo.
“Cuando pasan situaciones como las de Gaza o como las de Ucrania, sí es cierto que siempre hay un grupo de personas que son las más vulnerables. En este caso sí, son las mujeres, los niños, las mujeres gestantes, los ancianos, las personas con discapacidad, las personas con enfermedades crónicas”, aseguró Florencia en comunicación con EL NORTE.
En ese sentido, ONU Mujeres advirtió en reiteradas oportunidades sobre los “devastadores” efectos de la guerra en la Franja de Gaza y ha denunciado que se trata de una “guerra contra las mujeres” que sufren principalmente las gazatíes.
“Por mi profesión trabajo con uno de esos grupos más vulnerables y es tremendo, porque se crea una brecha. Lo que había estimado la Organización Mundial de la Salud es que al menos 500.000 mujeres en edad reproductiva no tenían acceso al sistema de salud para necesidades del paquete básico de salud sexual y reproductiva que pueden ser desde contracepciones hasta el control prenatal”, sostuvo Florencia.
La Franja de Gaza ha estado bajo un bloqueo parcial tanto por parte de Israel como de Egipto desde 2005. Sin embargo, desde el 9 de octubre del 2023 implementaron un bloqueo total, lo cual dificulta el acceso de alimentos y productos básicos, como lo son los insumos para la salud. Por tal motivo, desde organizaciones como Médicos Sin Fronteras solicitan a Israel que pueda garantizar el ingreso de insumos básicos: combustible para que funcione la ambulancia y pueda recoger heridos, medicación, equipamiento, agua, comida…
SERVICIO E IMPACTO
El hecho de trabajar con personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad dista mucho de ser una tarea sencilla. “Sabés que en realidad el impacto que tenés vos ahí es mucho más visible. Las mujeres necesitan obstétricas alrededor del mundo y siempre va a ser así, pero el impacto que tiene nuestro trabajo en la morbilidad y en la mortalidad, tanto de las madres como de los niños, es un extra o un plus que tiene mi trabajo con respecto, tal vez, de alguna otra colega obstétrica de un hospital o de atención primaria acá en la ciudad”, sostuvo.
“También es un poco la razón por la cual yo elijo este trabajo”, agregó con orgullo.
37 MADRES MUEREN POR DÍA EN LA FRANJA
La ONU estima que son 37 las madres que mueren por día en la Franja de Gaza. “Cuando uno hace un control prenatal son dos pacientes, es mamá y bebé, es un binomio. Entonces pone en riesgo no solamente a las mujeres o a las gestantes, sino también a los bebés que están gestando y posteriormente a los recién nacidos”, resaltó Florencia.
“El puerperio particularmente también es una etapa difícil, sensible, en las que están sin medidas de higiene, viviendo en una carpa, sin agua potable ni electricidad, con un recién nacido. Y tener que amamantar es muy duro”.
Florencia Francisconi
Los controles médicos –algo rutinario en el mundo occidental– pueden resultar impensados en Oriente, en medio de una ciudad “que quedó reducida a escombros”. “Hoy por hoy circular por la ciudad, movilizarse, es muy dificultoso, es superdificultoso poder llegar a un control prenatal que es una etapa que generalmente se deja un poco olvidada, pero que no está exenta de complicaciones”, señaló.
Además, Francisconi destacó: “Los pacientes como los que estamos tratando hoy, que son personas que tienen una infección, están malnutridas o anémicas, distan mucho de una paciente de un control prenatal, de un trabajo de parto o de un puerperio normal”.
“Es muy difícil para ellas llegar, es muy difícil llegar a parir, es muy difícil que se quieran quedar en el centro de salud, claramente no les gusta la idea de estar separadas de su familia”, enfatizó sobre la complejidad de asistir a personas que se encuentran en una situación límite como la que viven las gazatíes.
“El puerperio particularmente también es una etapa difícil, muy sensible, en las que están sin medidas de higiene, viviendo en una carpa, sin agua potable ni electricidad, con un recién nacido… Y tener que amamantar es muy duro, es una etapa muy muy dura”, explicó.