Un varón de 18 meses, aparentemente sin signos vitales, fue auxiliado por dos efectivos que lo trasladaron en patrullero al hospital San Felipe mientras le efectuaban maniobras de RCP. El menor estaba siendo amamantado cuando se descompensó. La mamá agradeció la labor policial: “Fue un momento desesperante. Gracias a Dios lograron salvar a mi hijo”, relató Débora.
De la redacción de EL NORTE
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Una dramática situación con final feliz debió atravesar una familia domiciliada en la zona oeste cuando su bebé de apenas 18 meses se descompensó mientras estaba siendo amamantado por su mamá. El menor se había puesto morado y no respiraba. El padre, con el niño en brazos aparentemente sin signos vitales, corrió a la calle en busca de ayuda y ante los gritos desesperados del hombre una vecina llamó a la policía a través del 911. Un patrullero que se encontraba en zona cercana llegó al lugar, cargó al niño y al hombre en el vehículo y lo trasladaron a la guardia del Hospital San Felipe mientras una agente del Comando de Patrullas le efectuaba maniobras de resucitación cardiopulmonar. Al llegar al nosocomio el niño había reaccionado y luego de compensarlo, efectuarle estudios y medicarlo le dieron el alta. La traumática situación ocurrió este jueves alrededor de las 18.30 en calle Pellegrini al 2300 de barrio Colombini.
Ambos agentes policiales, una mujer y un hombre de apellido Tato y Vázquez respectivamente auxiliaron al padre del niño en medio de la desesperación y la demora de la ambulancia. Junto a personal del Destacamento Coviccos, Comando de Patrullas y Policía Local, que ayudaron a cortar el tránsito, pudieron llegar rápidamente al Hospital. Las maniobras de ayuda efectuadas por la agente policías comenzaron a dar frutos en medio del camino cuando al llegar al Viaducto el bebé habría tenido sus primeras reacciones tras vomitar y comenzar a llorar.
El agradecimiento
Débora, la mamá del bebé del milagro, en dialogo con EL NORTE relató que “Fue un momento muy feo, de desesperación, la verdad es que no se lo deseo a nadie. El nene estaba tomando la teta y de pronto dejó de tomar, sentí el temblor de sus piernitas y veo como que se me desvanece entre los brazos, se había puesto morado, traté de moverlo para ver si reaccionaba, cerraba los puños y tenía los ojos muy abiertos, después se desvaneció. Entré en pánico, me desesperé. El papá de mi bebé me lo arrancó de los brazos y salió corriendo a los gritos a la calle pidiendo ayuda. Llamamos a la ambulancia, pero nunca vino. Una vecina llamó a la policía, deben haber estado cerca porque vinieron al instante. Lo cargaron en el patrullero y se lo llevaron junto con mi pareja. Hoy estoy muy agradecida, fue horrible lo que pasamos no quisiera que ninguna mamá pase por una situación parecida. Mil gracias a la policía, no sé quiénes eran, pero les doy las gracias por devolverme a mi hijo, le salvaron la vida. No pude hablar con ellos. ¡Fue todo tan rápido! Se llevaron al nene junto a mi marido y cuando yo llegué al hospital, un rato después ya no estaba. Me encantaría saber quiénes son. Salvaron a mi hijo, siempre les voy a estar agradecida”.