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jueves, octubre 17, 2024
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La Justicia sienta en el banquillo a varios imputados de abusos sexuales

Diferentes debates por delitos contra la integridad sexual fueron analizados en los tribunales nicoleños en los últimos días. Dos de ellos captaron especialmente la atención de la sociedad. Aunque disímiles en los hechos objeto de análisis, ambos provocaron conmoción por la gravedad de las acusaciones

De la redacción de EL NORTE
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Las denuncias por delitos contra la integridad sexual, de acuerdo a lo confirmado por fuentes judiciales, se han visto incrementadas en los últimos tiempos. Este aumento es atribuido a la mayor confianza de no ser revictimizadas, a ser escuchadas y a lograr una condena justa que tienen actualmente las víctimas.

Varias causas de esta índole fueron llevadas a debate en los últimos días, pero dos concitaron la atención de la sociedad por la especial gravedad de las acusaciones, una de ellas, por haber ocurrido en el entorno familiar con multiplicidad de victimas de corta edad. La otra se originó en la feroz agresión sexual que sufrió un interno de la UP3, que se habría producido ante su negativa a ingresar “cosas” dentro del penal que le habría pedido otro interno. El primero de los litigios terminó en condena y el segundo aguarda sentencia.

Uno de los juicios mencionados se desarrolló en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 presidido por el magistrado Alejandro López, quien decidió condenar al hombre acusado de abusar sexualmente de cuatro menores de corta edad, integrantes de su grupo familiar. El imputado fue encontrado culpable y sentenciado a la pena de 10 años de prisión de cumplimiento efectivo. Por la parte acusadora intervino la fiscal a cargo de la Unidad Nº 12, Belén Baños, y por la defensa actuó un defensor oficial.

Uno de los juicios que mayor atención concitó es el de un hecho ocurrido en el entorno familiar, con multiplicidad de víctimas de corta edad.

Cabe aclarar que si bien la letrada Carla Rivet ejerció la defensa del acusado durante la instrucción, posteriormente abandonó la misma y la representación quedó a cargo de otro letrado provisto por el Estado. El sujeto condenado había sido acusado de cometer hechos aberrantes en perjuicio de menores de su entorno familiar de corta edad. Las denuncias eran cuatro, todas por abuso sexual. Los sucesos que motivaron la investigación habían sido cometidos de manera reiterada contra menores de entre 6 y 13 años. Los hechos se consideraron probados y el hombre fue condenado a 10 años de prisión de cumplimiento efectivo.


Otro de los juicios se originó en la agresión sexual que sufrió un interno de la UP3, que se habría producido ante su negativa a ingresar al penal “cosas” que le habría pedido otro interno.

En la UP3

El debate se realizó en el Tribunal Oral Nº 2. Los hechos juzgados eran también por delitos aberrantes ocurridos dentro de la Unidad Penitenciaria. Entre los testimonios producidos ante el jurado estuvo el relato de la propia víctima, que dio algunos detalles de la vida carcelaria y del papel que juegan en los pabellones los llamados “referentes o limpiezas”, que son también internos cumpliendo condenas, pero que ejercen un marcado poder dentro de la unidad penal. Relató que él estaba a punto de acceder a la libertad condicional y que gozaba de salidas transitorias. Debido a esto tenía la posibilidad de salir periódicamente.

Gabriel Mendoza, quien fue sentado en el banquillo de los acusados, era uno de esos referentes y, conforme a lo relatado, le pedía que ingresara “cosas” o le exigía plata. Explicó, además, que esa mañana de enero de 2019, cuando volvió de una salida y no trajo lo pedido, el acusado junto con otros dos internos, que ya fueron condenados por el hecho en juicio abreviado, lo ingresaron a una celda y mientras un cuarto sujeto obstruía la puerta lo agredieron brutalmente con golpes en diferentes partes del cuerpo y lo “empalaron”.

Durante los alegatos de clausura, el fiscal se refirió al círculo de poder que se genera a través de estos referentes. Marcó en este caso que los internos debían trabajar para “el limpieza” y como la víctima era el único en ese momento con posibilidad de salida pretendía utilizarlo para ingresar elementos prohibidos, y que como el interno se negó fue brutalmente agredido, como una manera de aleccionar al resto para que no lo desobedecieran. Pidió que Mendoza sea condenado por abuso sexual con acceso carnal agravado a 13 años de prisión, que sumados a una pena anterior conformarían un total de 25 años.

En tanto, la defensora Fernanda Uboldi abogó por la absolución por considerar al imputado inocente y subsidiariamente solicitó una pena única de 15 años. La sentencia será dada a conocer de manera virtual el próximo jueves 18 de mayo.

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