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jueves, diciembre 12, 2024
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La Justicia porteña autorizó al asesino de José Luis Cabezas a ejercer como abogado

La Justicia porteña autorizó a uno de los asesinos de José Luis Cabezas, Gustavo Prellezo, a ejercer como abogado, título que consiguió en la cárcel, mientras cumplía prisión perpetua.

El expolicía bonaerense, en libertad desde 2022, tras cinco años de estar en libertad condicional, se había recibido en el año 2020, aunque un fallo del Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CPACF) lo excluyó de la matrícula. Ahora la Cámara en lo Contencioso Administrativo revocó esa decisión, por lo que quedó habilitado.

“Escándalo”, escribió Gabriel Michi, el periodista que junto a Cabezas cubría la temporada de verano en Pinamar para la Revista Noticias, cuando el reportero gráfico fue asesinado. “Esto es una nueva afrenta a la memoria de José Luis Cabezas, a su familia y a toda la sociedad argentina. Esperemos que la Corte Suprema haga lugar al recurso extraordinario que seguramente presentará el CPACF. Mientras tanto, cuidado porque hay un asesino suelto en Tribunales”, agregó Michi.

En breve hilo de tuits, el periodista explicó: “La Cámara en lo Contencioso Administrativo permitirá de esta manera que un criminal que fue condenado a perpetua y estaba inhabilitado por los artículos 44 y 45 de la Ley 23187 pueda ejercer como abogado, algo que le habían denegado en Provincia y CABA. Un escándalo”.

En el año 2020, el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados porteño resolvió excluir de la matrícula a Prellezo, el que había sido condenado a prisión perpetua por el asesinato Cabezas. En ese momento, la decisión fue tomada por unanimidad por 15 jueces en respuesta a un planteo de la familia del reportero gráfico, que reclamaba que el asesino no ejerza como abogado matriculado hasta tanto cumpla la totalidad de la sentencia.

El homicidio de Cabezas fue cometido el 25 de enero de 1997 tras la fiesta de cumpleaños en la casa del empresario postal Oscar Andreani, en Pinamar, donde el fotógrafo realizaba la cobertura periodística.

Para la Justicia, el reportero gráfico fue secuestrado por la llamada “Banda de Los Horneros” en un operativo clandestino supervisado por los policías Aníbal Luna y Sergio Camaratta, y luego llevado hasta una cava en un camino rural de General Madariaga, al otro lado de la ruta 11, donde Prellezo lo asesinó de dos tiros en la cabeza; el cadáver fue hallado horas después, carbonizado, dentro del Ford Fiesta que el reportero y su compañero, Gabriel Michi, usaban para trabajar durante el trabajo en la costa.