La mujer que tuvo un papel sumamente significativo en la Batalla de la Vuelta de Obligado fue plasmada sobre una obra de arte en una pared cedida por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). La pintura fue realizada por docentes y estudiantes de la Escuela de Arte, en el marco del Día de la Soberanía Nacional, que se celebra el 20 de noviembre.
De la redacción de EL NORTE
Durante la tarde de este viernes, la Escuela de Arte “Liliana Grinberg” junto al grupo local “Petrona Simonino” llevaron adelante un emotivo acto homenaje por el Día de la Soberanía Nacional. El contexto actual demanda conocer y reflexionar sobre la historia argentina, desde una nueva agenda de derechos. “En esta propuesta centramos la atención en la figura nicoleña protagonista junto a otras mujeres de la gesta a orillas del río Paraná. Si las efemérides contribuyen a enhebrar nuestra pertenencia a la nación y cumplen un rol decisivo en la construcción de la vida en común, no es posible pensarlas sin considerar el lugar de las mujeres en la historia argentina”, expresaron los organizadores.
Se desarrollaron diversas actividades como cierre del proyecto educativo cultural ‘Petrona Simonino’, la mujer nicoleña que cumplió un destacado rol en la historia de la Argentina y específicamente durante la Batalla de la Vuelta de Obligado. “Comandó un grupo de mujeres que tuvieron tareas de logística, enfermería, transporte de municiones y agua”, subrayó la directora de la institución educativa, Laura Monzón.
Por ello, en señal de reconocimiento de su labor, docentes y estudiantes de la Escuela de Arte pintaron un mural sobre paredes cedidas por el Decanato de la UTN. La pintura de la heroína nicoleña se encuentra ubicado en una pared de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) cercano a la Barranca del río Paraná, sobre calle Colón 332.
La ceremonia contó con la presencia de las autoridades educativas provinciales, regionales y distritales, autoridades del Ministerio de la Mujer, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, docentes, estudiantes y la comunidad en general.
“Si las efemérides contribuyen a enhebrar nuestra pertenencia a la nación y cumplen un rol decisivo en la construcción de la vida en común, no es posible pensarlas sin considerar el lugar de las mujeres en la historia argentina”.
ORGANIZADORES DEL EVENTO
El combate
El 20 de noviembre de 1845 se produjo la batalla de la Vuelta de Obligado sobre el río Paraná, en la zona de San Pedro. Se trató de un enfrentamiento entre la Confederación Argentina y una escuadra anglofrancesa que pretendía controlar la navegación de los ríos. Juan Manuel de Rosas era el encargado de las relaciones exteriores de la Confederación y, al mismo tiempo, ejercía como gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires. Para frenar esta intromisión extranjera, Rosas organizó la resistencia que tuvo como episodio destacado la batalla de la Vuelta de Obligado. El general Lucio Mansilla estuvo al frente de esta resistencia.
Mujeres como Petrona Simonino fueron partícipes de una resistencia que, tras casi ocho horas de combate, ocasionó un número considerable de muertos y heridos en las filas de la Confederación.
¿Quién fue Petrona?
Según reveló el grupo Simonino, durante la batalla de la Vuelta de Obligado participaron numerosas mujeres que, como enfermeras, auxiliares de los artilleros o acompañantes de los combatientes, pusieron en riesgo su vida ante las potencias agresoras. Entre las patriotas se destacó un grupo de damas de San Nicolás y San Pedro que abastecieron con proyectiles a los combatientes y que auxiliaron a los heridos. Josefa Ruiz Moreno, Rudecinda Porcel, María Ruiz Moreno, Carolina Suárez, Francisca Nabarro y Faustina Pereira respondían a Petrona Simonino, según el parte de guerra, heroicas mujeres que el relato histórico no supo reconocer con justicia.
Hija de padre francés y madre criolla, Petrona Simounin (llamada Simonino por los nicoleños) nació en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, en 1811. En 1832 se casó con Juan Silva, un hacendado de la zona con quien tuvo ocho hijos. Murió olvidada en 1887, cuando tenía 76 años.