La llegada al país de la célebre artista del pop causó revuelo también en esta ciudad. Una de las tradicionales costumbres swifties consiste en armar «pulseras de la amistad» con mostasillas, que luego se intercambian en la previa de cada show. Aunque esta situación reveló un problema que estaba oculto: “Hay faltantes de mostacillas de letras en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires”, aseguró una comerciante nicoleña.
Judith Coronel
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La cantante Taylor Swift llega al país en el marco de su gira “The Eras Tour” para presentarse este jueves, viernes y sábado en River Plate. Las entradas están totalmente agotadas y las swifties ultiman detalles para uno de los shows más esperados de este año.
Una de las características principales de los conciertos de la artista es que los asistentes a los conciertos intercambian pulseras. Esta “tradición” nació entre las fans luego del lanzamiento del álbum titulado Midnights (2022), en cuya canción “You’re on Your Own, Kid” se habla de estas pulseras. Uno de sus versos dice “So make the friendship bracelets, take the moment and taste it” (“Hacé las pulseritas de amistad, aprovechá el momento y saborealo”). Esto inspiró a las seguidoras a adoptar esta moda divertida y colorida para simbolizan el apoyo a la cantante y la unión entre ellos.
Las “pulseras de la amistad” están hechas a mano y se intercambian con otras fans durante la previa al recital. Para realizarlas, utilizan mostacillas y distintas letras que identifican con sus canciones, letras, eras, discos o históricos momentos de la cantante. En general, los colores más utilizados son verde, amarillo, violeta, rojo, dorado, celeste, rosa, negro, gris y azul.
La ganadora de 12 premios Grammys anunció su llegada a la Argentina el pasado mes de junio y desde entonces revolucionó el país. “Desde que se supo que venía Taylor las chicas empezaron a comprar para hacer pulseritas”, comentó la dueña de la marroquinería nicoleña “Atuel”.
A raíz de esta tradición es que se registró faltantes de mostacillas de letras en distintos puntos del país. “Hay faltantes de letras en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires, yo acá tengo porque soy una compulsiva y las tenía guardadas”, afirmó, y agregó: “Hubo muchos que aumentaron los precios aprovechándose de la situación, yo las vendo al precio que corresponde”.
“Hay algunas que se armaron 300 pulseras, otras 450, y es por eso que fueron armando de a poco desde que se anunciaron las fechas”, aseguró. La inversión realizada parte en muchas ocasiones arranca desde los $3.500 y puede llegar hasta casi los $40.000.
Una actividad lejos de las pantallas
Fernanda, quien se encontraba comprando mostacillas en el local junto a su hija Trinidad, destacó que la actividad de realizar pulseritas sacó a sus hijas de “delante de la pantalla”.
“La traje otra vez a comprar porque ayer estuvo todo el día entretenida haciendo esto, no tocó el celular en todo el día por suerte”, aseguró. Es que además de ser una tarea con un fin amistoso, es una actividad divertida, en especial para los más chicos.