La venta de ropa de segunda mano se expande por la ciudad, pasando de barrios a zonas céntricas y entre los bulevares. Lo que comenzó como una opción para acceder a prendas más económicas, se ha convertido en una tendencia que refleja las transformaciones en las dinámicas de consumo, impulsadas por la crisis económica.
De la redacción de EL NORTE
[email protected]
La práctica de venta de segunda mano ha experimentado un notable incremento en nuestra ciudad. Estos eventos se llevan a cabo en diversos espacios: hogares particulares, centros comunales, locales; donde se promueve el emprendimiento como una salida laboral viable para algunos y una fuente de ingresos familiares para otros. Para los consumidores, representa una alternativa atractiva para adquirir una variedad de productos a precios considerablemente más bajos que los del mercado convencional.
A partir de la pandemia, las ferias de garaje fueron extendiendo su actividad y captando a diferentes públicos. Esta práctica que consiste en la venta de productos de segunda mano, relacionada originalmente con personas de escasos recursos, ha cambiado. Hoy se ha convertido en un espacio que recorren personas de diferentes sectores, edades y preferencias que buscan elementos atractivos, de calidad y que sean accesibles al bolsillo.
Variedad y opciones
Los precios varían de acuerdo al lugar donde esté ubicada la venta, en los barrios se pueden encontrar prendas más económicas, como así también en cercanías a la zona céntrica se pueden hallar prendas de marcas conocidas.
Esta actividad no solo beneficia al medioambiente, ya que permite el reciclado de prendas; a la vez, puede ayudar tanto a consumidores como a emprendedores a ahorrar y sobrellevar las condiciones económicas adversas.
Una propietaria, cuyo local se encuentra dentro de los cuatro bulevares, comentó: “Empezamos con el emprendimiento en marzo del 2021 para liquidar un poco de ropa, algunas nuevas y otras que ya teníamos, con la idea de hacerlo una o dos veces; aunque la gente nos pedía que sigamos. Empezamos a buscar quien nos suministre, hoy contamos con 120 proveedoras. Estamos felices y la gente también”.
La modalidad y fijación de precios es particular. “Tratamos de trabajar en consignación, proponemos los precios con la proveedora, precio de venta al público, una vez que se vende le pagamos. Hacemos una preselección de la ropa, lo que nos parece que va a salir y que esté en buenas condiciones”, sostuvo la entrevistada.
Difusión
Las redes sociales se convirtieron en el principal vehículo para comunicar este tipo de ventas, eventos y diferentes actividades. Los emprendedores utilizan las plataformas para difundir sus productos. También la publicidad de boca en boca hace su parte, permitiendo la llegada de nuevos visitantes.