LA FALTA DE INVERSIONES EXPLICA EL COLAPSO DE CAMAS EN EL SAN FELIPE

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El hospital provincial tiene en Unidad de Terapia Intensiva la misma disponibilidad que al momento de irrumpir el coronavirus en el mundo. En doce meses no se incorporaron camas para atención de pacientes críticos. La segunda ola de COVID ha desnudado la falta de previsión e inversiones en un área en la cual se resuelve el destino de la vida de las personas.

El jueves de esta semana como el miércoles de la anterior, la disponibilidad de camas para personas en estado crítico en el Hospital San Felipe se vio saturada por la cantidad de pacientes con patologías severas que requieren de cuidados intensivos para mantenerlos con vida. Casi la mitad de ellos eran pacientes Covid positivos y el resto personas con otras patologías cuya atención exige recursos materiales y humanos que resultan escasos.

Tal como este diario publicara días atrás, el nosocomio local cuenta hoy con 11 camas en Unidad de Terapia Intensiva de adultos, la misma disponibilidad que tenía cuando el virus SARS-CoV-2 irrumpió en el mundo. Esa cantidad de camas se saturó el jueves con cinco pacientes Covid positivos y otros seis afectados por diferentes patologías severas, con lo cual desde Región Sanitaria IV informaron que nuevos pacientes en estado grave que requieran cuidados intensivos serían derivadas a otros distritos.

La tasa de ocupación puede bajar del 100% al 80% en 24 horas, básicamente porque esa liberación de camas se produce mayormente por fallecimientos. Aunque es preciso entender algo: el promedio de ocupación de una cama UTI es de 15 días, con lo cual la descontrolada ola de contagios de covid pone en tensión un sistema que trabaja a pleno la capacidad por imprevisión a la hora de invertir.

Por lo general, la cantidad de camas UTI ronda entre el 10% y 15% del total disponibles en un hospital. La utilización de esas camas UTI está determinada por el perfil de cada nosocomio. El San Felipe, por tratarse de un hospital interzonal para pacientes agudos, está equipado para dar atención a enfermos que requieren de alta complejidad. No solo de San Nicolás sino de otros distritos de la zona.

En prepandemia, la tasa de ocupación de camas UTI ronda el 70%. Cuando ese porcentaje supera el 80% la calidad de atención se exige al límite y el sistema entra en tensión. Hoy la disponibilidad de camas UTI del San Felipe está saturada, en un 50% por pacientes Covid que requieren, en promedio, un período de internación de 15 días. Solo el 30% de los pacientes Covid graves logra sobrevivir. El 70% restante fallece por fallas respiratorias o multiorgánicas.

Hay una estadística muy reveladora: 5 de cada 100 pacientes Covid requiere cuidados en Terapia intensiva, y –siempre en promedio– 3 de esos pacientes no sobrevive. En limpio, más del 50% de los pacientes Covid graves termina muriendo cuando en los países desarrollados esa misma relación de mortalidad es 1 de cada 5. De ahí que Argentina se encuentra entre los países de mayor tasa de mortalidad por cada millón de habitantes. Y, también de ahí, la incansable insistencia de profesionales terapistas en transmitir a la población la necesidad de respetar las medidas de cuidado personal. Ellos, mejor que nadie, conocen la tragedia que ha desatado el virus en este planeta.

No inversión

La UTI pediátrica del Hospital San Felipe cuenta con 8 camas, de las cuales algunas se han utilizado -alguna vez- para pacientes mayores cuando la disponibilidad de UTI adultos se vio saturada. Ello habla de la falta de previsión puesto que en el tiempo transcurrido desde la aparición del SARS-CoV-2 a esta parte no se amplió la capacidad de atención en terapia intensiva. Algo que sí ocurrió en otras ciudades. De hecho, el Gobierno nacional construyó hospitales modulares. Uno de ellos se instaló en Villa Constitución, a un costado del Hospital Samco, con 24 camas para atención de pacientes críticos. San Nicolás, con dos altos funcionarios en el Ministerio de Salud de Nación, no logró acceder a esa inversión.

La situación de los hospitales de otros distritos del norte bonaerense es similar a la del San Felipe. Los efectores públicos de Pergamino, Junín y San Pedro están tan al límite como el de San Nicolás.

Voz oficial

El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, manifestó el viernes que “la tensión sobre el sistema sanitario sigue siendo alta y preocupante”. Asimismo, el ministro puso de relieve que “hay una desaceleración de la velocidad de crecimiento de los contagios, pero siguen creciendo tanto en el interior de la provincia como en el AMBA”. Y aseguró que se registra un 74,96% de ocupación en el AMBA y un 63,35% en el interior, lo que constituye “un récord histórico” y genera la necesidad de derivación constante de pacientes entre ciudades.

“Recuerden que este 63% es un promedio que no expresa lo que pasa en gran cantidad de regiones de la provincia donde la situación se pone muy tensa y se llega al 100% en cuestión de horas y hay que trabajar muy intensamente con el sistema de derivaciones”, explicó Gollan.