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Por Nicolás Misculin
La crisis de reservas que derivó en una alta volatilidad cambiaria y una mayor inflación en Argentina comenzará a ceder entre noviembre y diciembre, cuando la nueva cosecha permita un amplio ingreso de divisas, dijo el viernes a Reuters el jefe de Gabinete, Agustín Rossi.
El país atraviesa una prolongada crisis financiera que este año se vio agravada por una feroz sequía que, según estimaciones, redujo las exportaciones del sector agropecuario -la industria más pujante del país- en cerca de 20.000 millones de dólares.
En medio de tensas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr un auxilio financiero, el funcionario que es también candidato a la vicepresidencia para las elecciones de octubre señaló que Argentina no debe devaluar la moneda para detener la inflación.
“Esta situación termina en noviembre, diciembre de este año”, destacó Rossi en una entrevista con Reuters.
Argentina acumuló una inflación del 115,6% en los últimos 12 meses y su nivel de pobreza llegó al 39,2% de la población, lo que ha disparado una profunda preocupación en el peronismo gobernante, que pretende ganar las elecciones de octubre con la fórmula encabezada por el ministro de Economía, Sergio Massa, y secundada por Rossi.
“El año que viene no vas a tener la sequía, vas a tener un ahorro de 4.000 millones de dólares porque vas a tener funcionando la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner (que transporta gas no convencional de la formación Vaca Muerta)”, agregó el jefe de Gabinete en su despacho de la Casa Rosada.
“Eso va a permitir balanza comercial favorable y recuperar reservas, tener una mirada más controlada sobre los movimientos del tipo de cambio. Eso baja la inflación en forma inmediata y recupera poder adquisitivo del salario”, añadió.
El Gobierno mantiene restringido el acceso a divisas para evitar un mayor drenaje de reservas del banco central, que diariamente sufre para mantener la cotización del peso.
Sin embargo, Rossi afirmó que una mayor devaluación de la moneda argentina solo acarrearía más dificultades.
La inflación “no se baja con devaluación abrupta (…) No creemos que eso sea necesario en Argentina”, dijo el funcionario.
La gestión de centroizquierda aspira a cerrar en los próximos días la renegociación de un acuerdo por 44.000 millones de dólares con el FMI, que le permitiría recibir dinero fresco para cancelar vencimientos con el organismo antes de las primarias presidenciales de agosto.
“Lo que estamos llevando adelante es una negociación que defiende los intereses de los argentinos y el Fondo tiene negociadores que defienden los intereses de sus mandatarios, que son los países que integran el Fondo (…) Somos optimistas, creemos que vamos a encontrar un camino”, señaló Rossi.
Aunque diversos sondeos muestran mejor posicionada a la oposición de centroderecha para los comicios de octubre, los analistas esperan una reñida elección que, en gran medida, se definirá por la evolución de la delicada situación económica del país.
La coalición oficialista -llamada Unión por la Patria- vivió profundos cortocircuitos entre sus facciones durante sus cuatro años de gestión, que el jefe de Gabinete consideró que no se repetirán en un futuro Gobierno por el amplio consenso interno que lograron sus candidatos.
“Tenemos una buena sinergia en esta etapa. El peronismo en su conjunto está funcionando en una determinada dirección, no hay sector político importante del peronismo que no haya reivindicado la fórmula (presidencial) de síntesis. Se sienten todos los actores representados”, concluyó.