La clase media parece en vías de extinción en la Ciudad de Buenos Aires, en medio de la suba de la canasta básica y el deterioro de la mayoría de los indicadores sociales.
En ese escenario, el 45,4% de los niños, niñas y adolescentes (0-17 años) residen en hogares en condición de pobreza, unos 304.000.
Un año atrás, el porcentaje era de 39,6%. Además, los hogares en condición de pobreza tienen 2,8 miembros, por encima del 2,3 del promedio de la Ciudad.
La inflación, la caída de los ingresos, la precarización y la informalidad laboral van haciendo desaparecer a los sectores medios.
A su vez, los de altos ingresos fueron migrando a barrios cerrados, en especial hacia la zona norte del conurbano, mientras se agrandó el peso de barrios pobres.
La participación de la clase media cayó 16 puntos comparada con el mejor registro alcanzado en 2017, cuando representaba el 54,6%.
En la actualidad, representa apenas el 38,5% de la sociedad porteña.
Según datos del Instituto de Estadística y Censos porteño, si se suman los porcentajes de pobres y sectores medios vulnerables o frágiles se llega a 56,2% de los porteños, un total de 1.730.000 personas, mientras que la clase media es de 1.200.000.
En 2015, cuando comenzó la serie estadística, la clase media llegaba al 53%, subió al 54,6% en el segundo semestre de 2017 y a partir de ahí se derrumbó.
Descendió al 48,2% al final del gobierno de Mauricio Macri, volvió a caer hasta el 43,7% en la segunda mitad de 2023, y a volver a bajar al 38,5% en los primeros 6 meses de la gestión de Javier Milei.
Además, entre los hogares y personas en situación de pobreza, se incrementó el peso de los que están en condición extrema o indigencia pasando a representar el 42,1% de las personas pobres.