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“LA CASA ESTÁ EN ORDEN”: A 35 AÑOS DEL ALZAMIENTO CARAPINTADA

Hoy 16 de abril, se cumplen 35 años de la recordada frase de Raúl Alfonsín, luego de uno de los momentos más críticos de su gestión.

Hace 35 años, durante la Semana Santa de 1987, el Gobierno de Raúl Alfonsín debió atravesar un delicado momento institucional con la primera insurrección militar tras la dictadura, tensión que concluyó con la recordada frase “la casa está en orden”.

Tras el juicio a las juntas militares, en 1985, la tensión entre la Casa Rosada y las Fuerzas Armadas no encontró calma, ni siquiera con la sanción de la Ley de Punto Final: los militares querían que se limitara el accionar judicial contra aquellos que habían cometido delitos de lesa humanidad.



Nacimiento de los “carapintada”

El 16 de abril de 1987, el el mayor de Inteligencia, Ernesto Barreiro, se negó a concurrir al Juzgado que lo investigaba por cargos de tortura y asesinato perpetrados durante la dictadura militar y se amotinó en el Comando de Infantería Aerotransportada de Córdoba.

En ese entonces, su decisión fue apoyada por otros 130 militares dispuestos a resistir la orden de detención. Estos “insurrectos” decidieron pintarse sus rostros, denotando una actitud de guerra y dando lugar a que nazca el levantamiento carapintada.



Tensión en aumento y repudio social

La rebeldía militar rápidamente se contagió a otros lugares y tuvo su epicentro en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo: desde allí se alzó el entonces teniente coronel Aldo Rico como una de las figuras más destacadas del movimiento insurreccional. Algunos de los planteos de los carapintadas era la remoción de la cúpula del Ejército y el establecimiento de lo que luego sería conocido como “obediencia debida”.

El Gobierno radical ordenó al resto de las Fuerzas que obligaran a los rebeldes a que depusiera su actitud, pero nadie acató la directiva emanada desde Balcarce 50.



La casa está en orden”

“Compatriotas, Felices Pascuas. Los hombres amotinados han depuesto su actitud. Como corresponde, serán detenidos y sometidos a la Justicia”, declaró el 19 de abril el presidente, luego de hablar y negociar con las Fuerzas.

“Para evitar derramamiento de sangre de instrucciones a los mandos del Ejército para que no se procediera a la represión y hoy podemos dar gracias a Dios: la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina. Le pido al pueblo que ha ingresado a Campo de Mayo que se retire, que es necesario que así se lo haga. Y le pido a todos ustedes, vuelvan a sus casas a besar a sus hijos, a celebrar las Pascuas en paz en la Argentina”, agregó.