Luego de conocerse recientemente el último índice de crianza, la organización reclamó en sus redes sociales por valores que quedan por fuera de esta canasta- como son los alquileres- y que la Justicia utiliza para dictar fallos sobre incumplimiento de los deberes parentales.
De la Redacción de EL NORTE
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Monomarentales Argentina es una Asociación Civil de madres criando solas, sin corresponsabilidad paterna. “Nuestra meta es erradicar la violencia del incumplimiento alimentario”, indican. Luego de conocerse recientemente el último índice de crianza, reclamó en sus redes sociales por valores que quedan por fuera de esta canasta -como son los alquileres- y que la Justicia utiliza para dictar fallos sobre incumplimiento de los deberes parentales.
La canasta de crianza de la primera infancia, niños y adolescentes alcanzó los 389.870 pesos en noviembre para infantes menores a 1 año y 483.162 pesos para niñas y niños de 6 a 12 años, según informó el Indec a mediados de este diciembre.
Se trata de valores que se estipulan como costos básicos para sostener con vida a un hijo o hija y que puede y debe usarse como valor de referencia para las cuotas alimentarias.
“VALORES QUE SON UN PISO, NO UN TECHO”
La Asociación calificó ‘que es un valor mínimo, un piso, no un techo’. “Es decir, a partir de estos valores sabemos que los bienes y servicios básicos, más algunas horas de cuidado, están cubiertos pero no contempla alquiler, por ejemplo, y tampoco luego de los 12 años, lo que muchas madres en litigio por cuotas nos consultan”, destacan.
La agrupación advierte: “Las madres no deberían aceptar menos que este importe ya que muchos/as jueces y juezas dictan cuotas alimentarias sobre la base de otro valor del Indec, mucho menor, que es una vergüenza del Gobierno, otro número pisado y mentiroso, el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM)”. “¿Quién vive con $270.000 al mes?”, se preguntan.
“Las madres que luchamos por cuotas alimentarias dignas para nuestros hijos e hijas, además, cuidamos las 24 horas de los siete días de la semana en la mayoría de los casos. El dinero no es para nosotras, sino para los y las hijas”, aclaran.
“MADRES QUE CRÍAN SOLAS”
Según la investigación de la Unidad de Género y Economía bonaerense, 9 de cada 10 jefas de hogares monomarentales participan en el mercado de trabajo, aunque en condiciones desfavorables.
El documento “Madres que crían solas en la provincia de Buenos Aires. Informe sobre hogares monomarentales”, elaborado por la Unidad de Género y Economía (UGE) del Ministerio de Economía de la Provincia, destaca que, en Buenos Aires, 1 de cada 10 hogares son monoma(pa)rentales y que, sobre ese porcentaje, el 84,3% tiene jefatura femenina.
También se apunta que la madre, sin un cónyuge, es la que tiene la responsabilidad de las tareas de cuidado cotidiano de los/as hijos/as y de los gastos de la familia. La crianza implica costos en términos de tiempo y dinero, y en estos hogares, la participación de las madres en el mercado laboral y las condiciones económicas del hogar se ven afectadas.
INFORMALIDAD Y PLURIEMPLEO
Las jefas de hogares monomarentales presentan mayores tasas de actividad laboral comparadas con otras mujeres: 9 de cada 10 participan en el mercado. Sin embargo, lo hacen en condiciones desfavorables, ya que el 39,8% de las asalariadas en estos hogares trabajan en la informalidad, según destaca el informe. Además, estas jefas tienen jornadas laborales más reducidas y una alta tasa de pluriempleo, lo que indica que necesitan más de un trabajo para cubrir las necesidades económicas. En promedio, perciben un 20% menos de ingresos que las jefas de hogares nucleares y un 21,9% menos que las jefas de hogares sin hijos.
Los hogares monomarentales están sobrerrepresentados en los estratos de ingresos más bajos de la Provincia: más de la mitad se concentra entre el 20% de menores ingresos. Esto se debe a que el 61,4% de estos hogares están sustentados por un único aporte, generalmente el de la propia jefa, lo que incrementa su riesgo de vulnerabilidad social y pobreza.
El informe es una investigación sobre la situación de los hogares monomarentales que tiene por objetivo poner de relieve las desigualdades socioeconómicas y las brechas laborales y de ingresos estructurales que afectan tanto a las jefas de estos hogares como a los niños y niñas bajo su cuidado.