El interno se sumó al club de la calle Pellegrini para disputar la Primera local de básquet, mientras disfruta de su estadía en la ciudad. “Yo me siento nicoleño”, confesó “Jere”, quien a los 24 años sigue firme en su deseo de actuar en el profesionalismo. “Estoy ya en algunas charlas, pero no tengo nada definido acerca del futuro”, contó.
Sorprendió tanto su llegada a San Nicolás -allá a finales del 2018- para jugar el Provincial de Clubes con Somisa después de haber estado ocho años viviendo en Estados Unidos, como su regreso semanas atrás para disputar el torneo de la Primera local con Belgrano. Jeremías Easterling está siguiendo los pasos de su padre; no solo por no tener un rumbo fijo, sino porque se calzó la camiseta que su padre, el legendario Stanley Easterling, usara por tres años, tanto en la Liga Nacional como en el TNA (en total, 124 encuentros jugados entre 2004 y 2006 y del 2008 al 2009).
“Si bien nací en La Plata, cuando mi viejo jugaba en Gimnasia, yo me siento nicoleño, por eso siempre trato de volver porque acá tengo mis tíos, primos, amigos”, contó Jeremías en el inicio de la charla que mantuvo con el programa La Deportiva de Radio U.
En relación con su presencia en Belgrano, explicó: “Después de haber jugado en Neuquén necesitaba un club para entrenarme durante este receso, entonces me comuniqué con Ariel Amarillo y con Manotas (el dirigente Jorge Garabaglia), para ver si podía hacerlo en Belgrano y me autorizaron”. “Después me invitaron a jugar el torneo local y me encantó la idea –valoró– porque ya me había conectado muy bien con todo el grupo de jugadores”. “Me estoy sintiendo como en casa y me está gustando mucho jugar acá”, subrayó el interno, que mientras no pierde de vista su futuro profesional perseguirá durante su estadía en Belgrano “la meta de salir campeón del torneo local”.
“Estamos todos muy motivados y enfocados en ese objetivo”, indicó. Por lo pronto, Belgrano viene de ganarle por 80 a 72 a Somisa con 20 puntos de Easterling y pasó a liderar la competencia, después de haber dejado a su rival sin invicto.
Tras un par de presentaciones en 2018 con Somisa, Easterling dio rápidamente el salto a la Liga Nacional tras la chance que se le presentó para sumarse a Hispano Americano de Río Gallegos. Allí en los primeros meses de 2019 descolló en la Liga de Desarrollo (categoría para menores de 23 años) y se dio el gusto de debutar en la “A”, en la que sumó siete encuentros.
Luego de esa campaña, en busca de mayor cantidad de minutos, apostó por bajar dos categorías y jugar el Federal, en San José de Entre Ríos. Al respecto, comentó: “En la Liga de Desarrollo se jugaba otro básquet al que después me tocó jugar en el Federal en la zona de Entre Ríos, en donde todo era muy físico. Esa experiencia me sirvió muchísimo para darme cuenta de dónde estaba parado y me hizo ver que tenía que trabajar mucho en cuanto a mi físico. Fue una etapa clave en mi carrera. Aprendí muchas cosas que no sabía”. “La pandemia me ayudó, además, a enfocarme en mi físico y lo que mejoré lo pude volcar en Centenario, en donde me fue muy bien en la reciente temporada”, destacó.
En ese sentido, en San José durante la edición 2019/20 Easterling promedió en 19 partidos 7.2 puntos y 5.7 rebotes, mientras que en la última, en Centenario, alcanzó medias de 12.3 y 5.2 en los mismos rubros, para los neuquinos. Éstos finalizaron en la tercera posición de la División Patagonia en la fase regular y en el cuadrangular correspondiente a los octavos de final quedaron eliminados (vencieron a Pergamino Basket y luego cayeron ante All Boys de Santa Rosa y Estudiantes de La Plata).
Consultado acerca de sus características de juego, Easterling respondió: “Me encanta postearme y jugar mucho abajo del aro, mi juego tiene que ver mucho con ganar rebotes y meter puntos cerca del aro”. “Pero también me gusta salir a tomar tiros. Mis entrenadores siempre me dicen que tengo una forma rara de jugar, porque no soy ni 3 ni 4. A mí me gustan las dos posiciones”, apuntó el jugador, al que no le afecta mudarse constantemente “de un lugar a otro”. “Por mi papá me acostumbré de chico a esa vida; nunca lo sufrí, ya me parece algo muy normal”, relató.
Aceptando este destino de viajero incansable, por último, “Jere” manifestó: “A mis 24 años, mi idea sigue siendo la de dedicarme al básquet, ahora estoy ya en algunas charlas, pero no tengo nada definido acerca del futuro”.
Familia de basquetbolistas
Stanley Easterling es uno de los basquetbolistas extranjeros más recordados de la historia del básquetbol argentino, en donde jugó quince años y sumó más de seiscientos partidos, entre la Liga Nacional y el viejo TNA (en esas categorías vistió tanto la camiseta de Regatas como la de Belgrano). Por ello tiene consejos de sobra para brindarle a su hijo mayor. Sin embargo, Jeremías señaló: “Mi viejo nunca se metió en mi carrera. Ve mis partidos y me hace críticas, pero con mis decisiones nunca se metió y siempre apoyó lo que decidiera”.
“Yo soy distinto a él en cuanto a mis características. Había que moverlo de abajo del aro al gordo (sic), al que nunca le escuché decir más de veinte palabras en español”, comentó entre risas.
No solo Stan y Jeremías se dedicaron al básquet, sino que además el menor de la familia, Alonso (nicoleño él), ya se destaca por sus cualidades físicas y técnicas. “No tengo duda de que mi hermano más chico va a ser el mejor. Tiene 15 años y mide 2,07. Juega como mi viejo, pero es mucho más atlético. Tiene un hermoso futuro y si Dios quiere, lo veremos en la selección argentina, no nos debería sorprender si alguna vez lo llaman de Argentina”, comentó “Jere”.