Con música y una ceremonia maya, indígenas en el municipio de El Estor, este de Guatemala, inhumaron este viernes en un monumento especial los restos óseos de 112 víctimas de masacres perpetradas por el Ejército durante la guerra civil (1960-1996).
Las osamentas, 19 de ellas plenamente identificadas, fueron colocadas en el denominado “Sitio de la Memoria” en la aldea Sepur Zarco, dijo a la AFP Paula Barrios, directora de Mujeres Transformando el Mundo (MTM), organización que acompaña a familiares de las víctimas de las matanzas ocurridas entre 1982 y 1983.
Barrios explicó que los restos habían sido encontrados “en varios procesos de exhumación en los últimos 10 años”, a cargo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), en antiguos destacamentos militares que funcionaron alrededor de Sepur Zarco durante el conflicto armado interno.
Agregó que debido a que la mayoría de osamentas no están identificadas por medio de ADN, no se pueden entregar “a una familia en específico”, por lo que junto con la comunidad se decidió erigir el monumento con nichos “para que sea un lugar de dignificación” a las víctimas.
De acuerdo con imágenes divulgadas en redes sociales, los restos óseos fueron colocados en pequeñas cajas de madera y velados en la comunidad antes de darles sepultura.
Parte de las osamentas fue “medio de prueba” en el juicio contra dos veteranos militares condenados en febrero de 2016, a 240 y 120 años de prisión, por someter a esclavitud sexual a once mujeres indígenas en Sepur Zarco durante la guerra interna, además de cargos de asesinato y desaparición forzada, agregó Barrios.
Una comisión auspiciada por la ONU documentó en un informe 669 masacres durante la guerra civil de 36 años, de las cuales 626 fueron atribuidas a fuerzas del Estado. El conflicto dejó unos 200.000 muertos o desaparecidos, según el informe presentado en 1999.