El acontecimiento mariano convoca anualmente cerca de 1.500.000 peregrinos. En este nuevo aniversario, la propuesta central se desarrollará desde las 15:00 con procesión, rezo del Santo Rosario y misa presidida por monseñor Hugo Santiago. Se organizó un operativo de tránsito municipal y se dispone del estacionamiento para unos 300 vehículos con ingreso por calle José Ingenieros.
Desde la aparición de María del Rosario de San Nicolás hace 41 años, el acontecimiento mariano crece en nuestra ciudad. Convoca anualmente en la actualidad a cerca de 1.500.000 peregrinos y peregrinas en las inmediaciones del Santuario. El santuario, construido como respuesta a los pedidos de la Virgen, se transformó en un lugar de fe, oración y milagros para muchas personas.
Este año no fue la excepción: bajo el lema ‘Madre, orando, peregrinamos a tu corazón’, miles de peregrinos de distintos puntos del país arribaron a nuestra ciudad para la celebración.
Como es habitual, el festejo comenzó con los fieles cantando el feliz cumpleaños a la Virgen. Luego comenzará la Santa Misa, presidida por el Monseñor Hugo Norberto Santiago.
Desde las 2:00 hasta las 6:00, se llevará a cabo una noche de oración, seguida de confesiones en la cripta posterior a las 7:00.
Las misas comenzarán desde las 6:00 a las 12:00 -cada hora-, la central después de las 15:00, y luego a las 19:00, 20:00 y 21:00. A las 14:00 habrá Adoración Eucarística.
A las 10:30 en la secretaría del Santuario, el obispo y el rector del Santuario Gustavo Salce brindarán una conferencia de prensa.
La elegida de María del Rosario de San Nicolás: Gladys Motta
El sábado 24 de septiembre de 1983, una vecina nicoleña, llamada Gladys Herminia Quiroga de Motta, comenzó a recibir mensajes de una aparición, a la que después identificó como la Virgen del Rosario.
En esa primera oportunidad, Gladys, una mujer muy religiosa, vio iluminarse el rosario colgado en su habitación y rezó. Al día siguiente, domingo 25 de septiembre, mientras rezaba, se le apareció la Virgen María con el Niño Jesús en brazos y un rosario. Según contó Gladys, la aparición fue silenciosa: solo hizo ademán de darle a la mujer su propio rosario. “Vi a la Virgen por primera vez”, escribió más tarde la mujer, que en ese entonces tenía 46 años.