Cuando los equipos saltaron a la cancha, arrojaron grandes proyectiles que explotaron sobre el campo y dejaron su marca en el césped.
Rosario Central y Newell’s son protagonistas de una nueva edición del siempre caliente clásico de Rosario, una ciudad dividida por la pasión por los dos equipos. Tras el tremendo recibimiento a los locales, una situación preocupó a Pablo Echavarría.
El árbitro se acercó para hablar con un empleado del Canalla debido a que una vez que los equipos aparecieron en el campo de juego, cayeron desde la tribuna algunas bombas de estruendo grandes, que explotaron sobre el césped del Gigante.
Además, quedaron las marcas en el césped quemado. Por suerte, esto se produjo cuando ningún jugador estaba en esa zona del campo y nadie salió herido.