Tras varias idas y vueltas, el presidente Alberto Fernández resolvió no viajar a la Antártida para celebrar el 25 de mayo en lo que sería un viaje riesgoso, a pesar de que las condiciones meteorológicas de la zona parecían favorables a los deseos del mandatario.
Más temprano, desde Casa Rosada aseguraban que el viaje se hacía, pero aclararon que se trataba de un tema de “hora a hora” y finalmente se decidió que el Presidente no irá.
En tanto, la presencia del mandatario en el histórico Tedeum celebrado por el cardenal Mario Poli en la Catedral Metropolitana parecería estar descartada.
Esta situación puede tensar el vínculo con la Iglesia, enfriado después de que el papa Francisco cancelara la visita del canciller Santiago Cafiero el pasado 21 de abril alegando dolencias en su rodilla derecha.
Durante los últimos días, el Sumo Pontífice recibió a distintas personalidades y funcionarios, entre ellos el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
El arzobispo de Buenos Aires a cargo del canto religioso está en la mira del Vaticano por problemas en el funcionamiento de dos órganos internos de control en el manejo administrativo de la diócesis.
Esta situación llevó a Poli a redactar semanas atrás una carta con motivo de “desagraviar a miembros del presbiterio y del episcopado de Buenos Aires cuya buena fama ha sido puesta bajo sospecha a raíz de recientes publicaciones periodísticas en medios nacionales”.