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lunes, octubre 21, 2024
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FEMICIDIO DE LEONELA BARRIOS: SE CONCRETÓ LA PRIMERA JORNADA DEL JUICIO

Con el jurado popular conformado, el Tribunal Criminal 1 llevó adelante la primera audiencia en el juicio por el femicidio de Ángela Leonela Barrios. “Ella me dijo ‘te prometo que voy enseguida y vuelvo en un ratito’. Y no volvió más”, recordó con dolor Susana, su mamá. Hoy, desde las 8 de la mañana, continúa la exposición de pruebas y testimonios.

Sobre la derecha del recinto, Fabián y Jonathan Andino (ambos con tapabocas) junto a sus defensores. IARA CERASI / EL NORTE

Carolina Mitriani
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“Tenía cuatro hijos, ahora me quedaron tres”, expresó con la poca voz que podía salir de su garganta María Susana Villarruel, madre de Ángela Leonela Barrios. La joven nicoleña de 18 años fue víctima de femicidio en septiembre del año 2016. Ayer se efectuó –luego de un compás de espera a causa de la ausencia de integrantes del jurado– la primera jornada de debate en el juicio oral que tiene como principal acusado a Fabián Gabriel Andino y a su hijo, Jonathan Jesús Andino, como partícipe secundario.

Las 11 horas que abarcó la concreción del proceso postergado el pasado 9 de junio incluyeron dos tramos sustanciales: desde las 8 y hasta entrado el mediodía, el Tribunal Criminal 1 conformó el jurado popular; luego, entre las 12:00 y las 19:15 expusieron 12 testigos. Hoy, desde las 8 horas, se reanuda la actividad de debate.

Voz de madre

Susana, mamá de la víctima, fue la primera en prestar declaración en el recinto ubicado en el primer piso del Palacio de Tribunales. Atravesada por una fuerte angustia, pero agradecida por el acompañamiento que afuera ofrecían los movimientos feministas locales, pudo describir ante el jurado a su hija. Lo hizo mayormente en tiempo presente, como si estuviera repasando en su mente los momentos vividos mientras los relataba, con sus profundos ojos verdes llenos de lágrimas: “Ella es muy buena, muy trabajadora. Como hija y hermana, excelente”.



La madre de “Leo”, como le decían sus seres queridos, expresó ante las preguntas del Ministerio Público Fiscal guiadas por la Dra. María Del Valle Viviani lo sucedido en las últimas horas compartidas. “Se fue el 21 de septiembre del 2016 aproximadamente a las 22:30 de la noche. Le pidió a mi hija (Lucía) si la podía acompañar a la esquina”. “Esa tarde ella limpiaba y yo le cebaba mates”, recordó Susana, detallando que “estaba muy mal ella, muy nerviosa y angustiada. Le sonaba continuamente el celular”. Ante esa actitud, la mamá decidió preguntar si sucedía algo, a lo que Ángela Leonela contestó: “Estoy nerviosa porque tengo que salir con las chicas”. Susana repasó los minutos de aquel día de la primavera en el que vio por última vez con vida a su apreciada hija y evocó que “no quería que saliera porque era muy tarde. Ella me dijo ‘te prometo que voy enseguida y vuelvo en un ratito’. Y no volvió más”.

Susana Villarruel presentó ante el jurado rasgos puros de la esencia de la joven asesinada: “Le fascinaba estudiar. Yo aprendí a leer un poquito porque ella me ayudó. Quería estudiar abogacía”. Luego de quebrarse al reconocerla en una foto, la mamá de Ángela Leonela Barrios repasó las tareas que hacía para ayudar en su humilde hogar. «Leo» realizaba tejidos, trabajaba en un taller del barrio y limpiaba en domicilios con el objetivo de contribuir en la economía doméstica. “Ella caminaba para ahorrar lo del colectivo. No había un peso en la casa”, expresó conmovida.

Padre y hermana

El padre de Ángela, Mario Barrios, fue el siguiente testimonio en el recinto. Explicó ante el jurado que su relación con la víctima había tenido unos 8 años de interrupción y la había retomado la joven, poco antes de que fuera asesinada. “‘Leito’, como yo le decía, era un solcito, una nena con sueños y proyectos. Nadie está preparado para este momento, es muy difícil llegar a esta instancia. Hubo momentos en los que no quise venir más”, reveló, manifestando que pensó en tomar una decisión drástica con su vida ante tanto dolor.

Mario fue anoticiado de la situación a través de los medios, cuando realizaba sus tareas habituales en una empresa metalúrgica. “Yo estaba en el trabajo. Me entero por la radio. Mi compañero me dice que buscaban a una nena de apellido Barrios”, recordó.



Lucia Barrios, la hermana más chica de Ángela, fue asistida por la trabajadora social Judith Sbacco –integrante del Centro de Asistencia a la Víctima–, la fiscal Viviani y el Dr. Agustín Tanús (representante de la familia) para contener la angustia que la desbordaba. Sin embargo, fue más fuerte su deseo de poner la voz para prestar declaración y contribuir a la causa. “Era muy linda, hermosa persona, respetuosa, inteligente. Era lo mejor”, la describió, con una sonrisa. Sobre la noche del 21 de septiembre, cuando la acompañó una cuadra al irse a celebrar el día de la primavera, contó que Ángela le dijo “no cerrés la puerta, que yo voy y vengo”.

A solicitud de fiscalía, repasó a través de un plano el recorrido en el barrio y las ubicaciones de distintos puntos de interés en la causa. Con intervenciones de la defensa de Andino, reconoció el celular de la víctima. A pedido del abogado Tanús, Lucía expresó que Leonela tras episodios de desmayos fue diagnosticada con esquizofrenia (un cuadro de afección en la salud mental), por lo que tomaba de manera regular medicación que la mantenía en buen estado. Antes de finalizar su declaración, se dirigió a los presentes diciendo “solamente quiero justicia para mi hermana. Nada más”.

Pruebas técnicas

La mayor parte de la jornada incluyó la presentación de testimonios técnico-científicos: peritos de la Policía Científica, integrantes de la División Canes de La Plata, médicas legista y patóloga, entre otros especialistas. Con un importante nivel de detalles, y acompañados del soporte de imagen, expedientes y pruebas materiales en el recinto –como el cuchillo homicida–, repasaron y explicaron lo recabado frente al jurado.

El momento más fuerte se vivió cuando se proyectaron las fotografías forenses del cuerpo de Ángela Leonela Barrios, sensiblemente afectado por las lesiones de muerte y defensa, el estado de descomposición y el accionar de la fauna cadavérica (moscas y larvas que consumieron los restos, dejándolos desmembrados y con la exposición de sus huesos). Tanto la madre como la hermana de la víctima debieron retirarse del recinto por el shock que estas fotos les ocasionaron.

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