El director y cineasta llevaba varios meses batallando un enfisema pulmonar que le provocó el tabaquismo. Entre sus películas más destacadas sobresalen Blue Velvet, Mulholland Drive y Lost Hoghway.
El mundo del cine está de luto tras confirmarse el fallecimiento de David Lynch, uno de los directores más influyentes y visionarios del siglo XX y XXI. Con una carrera que abarcó múltiples disciplinas artísticas, desde el cine y la televisión hasta la pintura y la música, Lynch deja un legado imborrable en la cultura contemporánea.
Conocido por su inigualable capacidad para mezclar lo cotidiano con lo bizarro, Lynch fue responsable de obras que redefinieron el cine surrealista. Películas como Eraserhead (1977), Blue Velvet (1986) y Mulholland Drive (2001) son hoy consideradas clásicos del cine independiente y han sido estudiadas ampliamente por críticos y cineastas. Su trabajo televisivo, particularmente con la serie Twin Peaks, marcó un antes y un después en la narrativa audiovisual, desafiando los límites de lo que la televisión podía ofrecer.
En 2024, el artista anunció que había sido diagnosticado con enfisema pulmonar causado por su adicción al cigarrillo y que, probablemente, ya no iba a tener las fuerzas para salir de su casa a dirigir proyectos.
Su familia fue la encargada de difundir la triste noticia de su partida: “Hay un gran agujero en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él decía, ‘Mantén la vista en la rosquilla y no en el agujero’”, escribieron a través de un posteo en su cuenta de Facebook. A su vez, la familia del cineasta pidió privacidad en este difícil momento.
Lynch había recibido su diagnóstico en el 2020, pero su adicción le prohibió dejar de fumar, ya que lo hacía desde su corta edad de 8 años. Finalmente, renunció al cigarrillo en el 2022, pero su condición ya se había vuelto crítica.
Un legado que trasciende el cine
David Lynch no solo fue un cineasta, sino también un artista multifacético. Su interés por la pintura, la música y la meditación trascendental formaron parte esencial de su proceso creativo. Fundó la David Lynch Foundation, dedicada a promover la meditación como herramienta para el bienestar emocional y mental, especialmente entre comunidades en riesgo.
Su estilo único, caracterizado por atmósferas inquietantes, personajes complejos y tramas que desdibujaban los límites entre el sueño y la realidad, ha influido en generaciones de cineastas, desde Quentin Tarantino hasta Denis Villeneuve. A lo largo de su carrera, recibió múltiples reconocimientos, incluido el Oscar honorífico en 2019, que celebró su contribución al arte cinematográfico.