Los estadounidenses se impusieron por 3 a 0 contra México, en un partido con varios incidentes.
Los enfrentamientos futbolísticos entre México y Estados Unidos han tomado el carácter de clásico. A medida que este deporte creció en Estados Unidos la rivalidad fue in crescendo, condimentada por el histórico problema que existe entre los países que comparten frontera.
La noche del jueves se vivió un encuentro caliente de semifinales de la Liga de Naciones de la Concacaf, disputado en el Allegiant Stadium de Paradise, en Nevada, que terminó con la goleada de la selección local por un contundente 3 a 0.
Más allá del triunfo de Estados Unidos que lo lleva a la final, que disputará el próximo domingo frente a Canadá, quedaron entre lo más saliente del encuentro imágenes penosas de peleas entre los futbolistas -condimentados por los vasos de cerveza y todo tipo de bebidas arrojados desde las tribunas- y cuatro expulsados, dos por cada equipo.
A los 24 minutos del complemento, un patadón artero de César Montes a Balogun desató una batalla campal entre los futbolistas de ambos equipos, que llegó hasta la zona de los bancos de suplentes, donde también se sumaron colaboradores, cuerpos técnicos y todo aquel que andaba por ese lugar.
El árbitro mostraba la tarjeta roja que le había sacado al jugador mexicano como para calmar los ánimos, mientras Weston McKennie se paseaba con su camiseta totalmente rota y le dedicaba gestos a los simpatizantes mexicanos que lo insultaban desde la platea. Cuando los ánimos se calmaron, McKennie, futbolista de Leeds United, de la Premier League, también fue expulsado por su participación en la pelea.
En el minuto 77, cuando puso el 3 a 0 para Estados Unidos, la impotencia de los mexicanos creció y no pasó mucho hasta que detonó otra pelea. El condimento extra fueron los vasos con bebidas que volaban desde la platea cercana y que empapó a los futbolistas, que seguían peleándose en el campo de juego. El saldo de ese encontronazo: Dest y Arteaga vieron la tarjeta roja.
El resultado no se modificó y Estados Unidos se clasificó para la final de la Liga de Naciones de la Concacaf, que disputará este domingo frente a Canadá (dejó en el camino a Panamá por 2 a 0). Para México significa un gran golpe, ya que la racha negativa en este clásico se extendió a seis partidos consecutivos sin poder conseguir una victoria en estos duelos.
La Federación, incluso, emitió un comunicado de repudio ante esta situación. “Concacaf condena rotundamente los gritos discriminatorios de algunos aficionados durante la semifinal de la CNL entre México y Estados Unidos. Los gritos que se escucharon durante el partido provocaron la activación del protocolo antidiscriminatorio por parte de los árbitros.
Además, el personal de seguridad expulsó a varios aficionados por tener un comportamiento inaceptable en el estadio. Estos incidentes fueron extremadamente decepcionantes y empañaron lo que debería haber sido una ocasión positiva para mostrar un fútbol de alta calidad en nuestra región.
La Confederación está en el proceso de establecer urgentemente más detalles e informes de los oficiales de seguridad y del partido y hará una nueva declaración a su debido tiempo”, decía el comunicado.