Una curiosa situación se dio apenas pasadas las 8 de la mañana, cuando en la mayoría de las escuelas se trabajaba para “cubrir” a aquellas autoridades de mesa que se ausentaron.
En la mesa 90 de la Escuela de La Paz no había presidente. Los fiscales debieron nombrar a otra persona para cumplir la función, y al votante que fue designado no la idea no le gustó nada: se fue alejando del lugar y luego terminó huyendo.