Las actividades centrales de la celebración del patrono del Pan y el Trabajo se iniciaron anoche en la Parroquia San Cayetano de Sarmiento 523, con una misa y una vigilia para recibir la jornada. Hoy tendrá lugar la tradicional procesión con la imagen del Santo y espigas bendecidas, que desembocará en una Misa Central anunciada para las 15:00. También habrá celebraciones desde las 9:00 y hasta las 20:00.
De la redacción de EL NORTE
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Las espigas bendecidas serán hoy un símbolo en todas las parroquias de la Diócesis de San Nicolás. Es el Día de San Cayetano y en tiempos difíciles para los argentinos en general, se espera que miles de fieles se unan en las plegarias y los agradecimientos por Pan y Trabajo dirigidos al Patrono de esos dones vitales, humanos, indispensables.
Naturalmente, el epicentro de la festividad estará en la Parroquia San Cayetano de Sarmiento 523, entre Viale y García Reynoso, frente a la plaza 14 de Abril. De hecho, las actividades conmemorativas se habían iniciado en la semana. Esas actividades previas desembocaron en la noche de ayer sábado en una misa y vigilia.
La celebración central tendrá lugar esta tarde, con la tradicional procesión con la imagen del Santo y una misa principal anunciada para las 15:00.
En la Parroquia San Cayetano hay además previstas otras seis misas: a las 9:00, 10:30, 12:00, 17:00, 18:30 y, finalmente, a las 20:00.
El fenómeno de la devoción a San Cayetano en Argentina es uno de los más impresionantes de Latinoamérica. Se remonta a la época de la colonia. Cuenta la tradición que ante una devastadora sequía, un campesino se arrodilló frente al santo para pedirle por las cosechas y colocó en la mano de la imagen unas espigas de trigo, para que no olvide sus ruegos. A partir de entonces, la figura de San Cayetano quedó vinculada para siempre con las espigas, algo que solo sucede en Argentina, ya que en el mundo su imagen está solo asociada con la de un niño en brazos.
Los historiadores identifican en la beata María Antonia de la Paz y Figueroa, conocida como “Mamá Antula”, una de las impulsoras de la devoción, que veía en San Cayetano a un aliado en su confianza en la Divina Providencia.
Cuando la zona de Liniers –en Buenos Aires– se convirtió en un extenso barrio obrero se fundó la Parroquia de San Cayetano, el 18 de enero de 1913. La imagen del Santo comenzó a difundirse, junto con la espiga, símbolo del pan y el trabajo, en las casas de Buenos Aires, para extenderse luego a toda la república.