La actual campaña de trigo a nivel país se pronostica muy mala respecto a la del año pasado, en momentos en que el mundo demanda este cereal. La sequía, el alto costo de los insumos y los problemas con los fertilizantes hicieron que en nuestra región se sembraran 10.000 hectáreas menos en comparación con el año pasado y a nivel nacional sean 500.000 las que quedaron sin sembrar.
Germán Rodríguez
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La actual campaña de trigo atraviesa diferentes complicaciones, en momentos donde se espera una gran demanda por el ataque de Rusia a Ucrania, dos jugadores centrales del mercado internacional. La larga sequía influye, pero también el aumento de los costos de los insumos, la imposibilidad de acceder a los fertilizantes y la incertidumbre del productor ante un eventual aumento de las retenciones y una intervención oficial mayor en las exportaciones.
Los mencionados factores negativos han provocado una caída de la siembra, la cual está por finalizar, que afectará el futuro ingreso de dólares al país que en la campaña anterior superó los 3.400 millones de dólares. Por estas semanas una profunda sequía afecta la campaña de trigo, que ya está afectando la siembra de trigo, en las regiones del sudeste de Córdoba, norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
El problema es enorme y los productores de nuestra región están preocupados con números que no ayudan “Hay varias cuestiones que harán que la producción vaya a ser menor a la esperada. La principal es por la sequía y esperábamos que llueva para poder sembrar. Muchos aguardaron para hacerlo y hubo lotes que directamente no se sembraron porque no llovió. Eso hizo que la superficie de siembra sea menor a la esperada por lo que va a haber menos superficie para cosechar. También hubo un problema importante con los insumos y la cuestión del dólar lo que hizo que aumentaran un montón y por ende subió el costo de la implantación del cultivo, lo que provocó una retracción”, explicó a EL NORTE un productor local. “Es un problema porque realmente se necesitaba mucho trigo. Hay un gran pedido mundial por la guerra de Rusia-Ucrania. Ucrania era un productor importante de trigo para toda Europa, entonces eso trae aparejada una demanda adicional de trigo a nivel global”, agregó.
El problema es grande en nuestra región porque ya hay sembrado un 90.7% y las hectáreas que se pudieron utilizar son 500.000 menos que la campaña del año pasado.
En nuestra región, que figura como núcleo norte de la provincia de Buenos Aires y es la segunda más importante del país se sembraron 10.000 hectáreas menos que las que se sembraron el año pasado debido a los problemas anteriormente mencionados.
En total a nivel país hay sembradas 6.290.000 hectáreas a diferencia del año pasado que se sembraron 6.700.000.
Menos dólares
En el lanzamiento de la actual campaña de trigo que realizó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en mayo pasado, la estimación inicial de producción era de 20,5 millones de toneladas y con una siembra de 6,5 millones de hectáreas. A partir de un precio promedio para diciembre del presente año en el Matba Rofex, el aporte de la cosecha sería de USD 6.790 millones.
Sin embargo, a medida que fue avanzando la ventana de siembra y las lluvias no llegaron, la Bolsa de Cereales recortó la estimación de intención de área de siembra en 6,2 millones de hectáreas, y se advirtió que el recorte a la baja de podría profundizar en las próximas semanas por la ausencia de lluvias. Frente a este panorama, Jolly dijo que tomando el peor rendimiento de trigo en los últimos 5 años, de 28 quintales por hectárea, la producción alcanzaría los 17,5 millones de toneladas, y serían unas 3 millones de toneladas menos que lo proyectado en el comienzo de la campaña.
A partir de las últimas bajas que registraron los precios internacionales del cereal en el mercado de Chicago y con su impacto en la plaza local, teniendo en cuenta un precio actual para la posición de diciembre de este año en el Matba Rofex de USD 285 la tonelada, el valor total de la cosecha sería de USD 5.022 millones, una estimación de USD 1.947 millones menos que lo proyectado en el inicio de la campaña.
Más problemas para el trigo
A los problemas de la sequía se suman el aumento de los costos de producción, pero también el abastecimiento de gasoil que sigue complicado en algunas zonas del país y con importantes sobreprecios. El último relevamiento realizado por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) señaló que si bien hay una mejoría de la situación, con la excepción de Tierra del Fuego en el resto de las provincias hay complicaciones. En dos distritos, Entre Ríos y Buenos Aires, el abastecimiento “es nulo o casi nulo”.
Por otro lado, aparecen las dificultades que enfrentan los productores para conseguir fertilizantes. Ante una ausencia de dólares en el mercado y las restricciones a las importaciones, es algo que repercute en la actividad. Un reciente trabajo elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario reflejó que en 2021 las importaciones de fertilizantes que realizó la Argentina alcanzaron los 4,5 millones de toneladas, valuadas en USD 2.279 millones, un 13% de incremento en volumen y un 103% en valor importado. Y se advirtió que si no se soluciona el problema de acceso a los fertilizantes, se generaría una menor de siembra de maíz y las pérdidas productivas podrían alcanzar los USD 1.794 millones.
Incertidumbre
Por último, aparece en el escenario de la producción de trigo la incertidumbre de los productores sobre si el Gobierno avanzará o no con medidas de regulación del comercio exterior. Hay que recordar que tiempo atrás, el presidente Alberto Fernández dijo que el mejor mecanismo para desacoplar los precios de los locales era el incremento de las retenciones. La postura de su ministro de Agricultura, Julián Domínguez, fue diferente. Pese a todo, la preocupación continúa e impacta en la toma de decisiones.