Se debe a que declaró sorpresivamente la ley marcial, medida que provocó protestas masivas y una rápida reacción de la Asamblea Nacional. La medida fue rechazada por la oposición, que la calificó de ilegal e inconstitucional.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, se enfrenta a un proceso de juicio político tras la sorpresiva declaración de ley marcial que hizo el martes por la noche. La medida, presentada como una respuesta ante lo que Yoon consideró amenazas de Corea del Norte y “elementos antiestatales”, ha provocado una ola de rechazo tanto dentro como fuera del país.
El proceso que se desató fue vertiginoso: tras un discurso televisado en el que Yoon defendió su decisión de imponer la ley marcial.
Menos de dos horas después de su declaración, los parlamentarios surcoreanos irrumpieron en la Asamblea Nacional. Votaron a favor de bloquear la ley marcial, una decisión que mostró una clara oposición a la medida de Yoon. Tras esta votación, el presidente, ante la presión, anunció la revocación de la medida en la madrugada del miércoles.
Mientras la Asamblea Nacional se reunía, miles de surcoreanos se congregaron frente a su sede en protesta. Los manifestantes, de diversas edades, mostraron su rechazo a la ley marcial, entonando el himno nacional y pidiendo la renuncia de Yoon. La multitud se enfrentó a vehículos militares y tropas que se habían desplegado en la zona para controlar la situación.
Poco después de la revocación de la ley marcial, Kim Yong-hyun, ministro de Defensa de Yoon, presentó su dimisión. Esta renuncia aumentó la tensión dentro del gobierno y alimentó las críticas a la gestión del presidente. El ministro había sido clave en la implementación de la ley marcial, lo que hizo aún más significativa su salida.
La oposición, liderada por el Partido Democrático (PD), acusó a Yoon de actuar fuera del marco legal. Lee Jae-myung, líder del PD, calificó la declaración como ilegal e inconstitucional, ya que no cumplió con los requisitos establecidos por la Constitución para declarar la ley marcial. Según Lee, la medida era nula e inválida, ya que no fue aprobada por el gobierno ni el parlamento.
El impacto económico y financiero
La declaración de ley marcial tuvo consecuencias inmediatas en la economía surcoreana. El won, la moneda local, cayó a niveles históricos, lo que obligó al Banco de Corea a intervenir para estabilizar los mercados. Además, el Ministerio de Finanzas desplegó medidas de “liquidez ilimitada” para evitar un colapso financiero. La incertidumbre económica se sumó a la crisis política.
La moción de juicio político
Ante la crisis, el Partido Democrático y otras fuerzas opositoras presentaron una moción de juicio político contra Yoon. La acusación principal es que el presidente utilizó la ley marcial para desviar la atención de los problemas internos de su gobierno. La moción recibió apoyo de seis partidos opositores y tiene el respaldo de la mayoría en la Asamblea Nacional. Si se aprueba, Yoon enfrentaría un juicio en el Tribunal Constitucional.
El juicio político avanza rápidamente, pero aún debe recibir el respaldo de dos tercios de los 300 miembros de la Asamblea Nacional. Además, al menos seis de los nueve jueces del Tribunal Constitucional deben aprobar la destitución. Si se cumple este procedimiento, sería un hecho sin precedentes en la historia surcoreana. La situación está lejos de resolverse, y el futuro de Yoon sigue siendo incierto.
El presidente Yoon ha visto cómo su gobierno se debilita desde las elecciones legislativas de abril. El Partido Democrático ha logrado frenar muchas de las reformas que Yoon intentó imponer. Además, desde que asumió el poder en mayo de 2022, Yoon ha enfrentado 22 intentos de destitución por parte de la oposición, lo que ha mermado su capacidad para gobernar eficazmente.
Un gobierno debilitado ante la presión popular
La crisis también ha revelado el creciente rechazo popular a Yoon. En las elecciones de abril de 2024, el PD renovó su mayoría en el parlamento, lo que aumentó la presión sobre el presidente. En un contexto de recortes presupuestarios y escándalos dentro de su gobierno, Yoon ha sido criticado por su desconexión con los problemas económicos del país. Los opositores lo acusan de utilizar la ley marcial para intentar mantenerse en el poder.
El futuro político de Yoon está ahora en juego. Si la moción de juicio político avanza, el presidente podría enfrentarse a la destitución. Mientras tanto, las protestas siguen creciendo en todo el país. Los ciudadanos exigen la renuncia inmediata de Yoon, mientras la comunidad internacional observa con preocupación los desarrollos en Corea del Sur, temerosa de que la democracia y el orden constitucional se vean amenazados.
Yoon Suk-yeol se enfrenta a una de las crisis más graves de su mandato. Como el primer presidente surcoreano en no controlar la Asamblea Nacional en ningún momento de su mandato, se encuentra atrapado entre la oposición política y el creciente descontento popular. La situación podría desembocar en un conflicto constitucional, con repercusiones de largo alcance para el futuro político de Corea del Sur.