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jueves, diciembre 12, 2024
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EL MONUMENTAL SE VISTIÓ DE ROJO Y BLANCO PARA EL SUPERCLÁSICO Y RECORDÓ LA HISTÓRICA FINAL DE MADRID

Miles de hinchas con camisetas, buzos, camperas y gorros, gran cantidad de banderas y el recuerdo permanente de la histórica final de Madrid, todo teñido de rojo y blanco, fue el ambiente ideal que mostró hoy el estadio Monumental para una nueva edición del Superclásico entre River y Boca.

Como suele ocurrir en estas ocasiones, el barrio de Núñez y sus alrededores se llenaron de simpatizantes “millonarios” desde temprano, al tiempo que se desarrollaba un operativo de seguridad con 1.200 efectivos policiales, apoyados por personal privado.

Esquinas, bares y estaciones de servicio, entre otros, fueron los lugares elegidos por los seguidores del equipo de Núñez para congregarse para la previa del partido, un ritual repetido a la largo de los años por los hinchas que habitualmente concurren a los estadios.

Ya dentro de la cancha, el clima empezó a calentarse con cánticos, la mayoría recordando la final de la Copa Libertadores disputada el 9 de diciembre 2018 en el estadio Bernabéu, aquella en la que el River de Marcelo Gallardo derrotó al Boca que dirigía Guillermo Barros Schelotto.

La decoración del Antonio Vespucio Liberti estuvo a la altura, con 50 mil banderas de plástico rojas y blancas repartidas en las tribunas y un mosaico en la tribuna San Martín Alta con las siglas “CARP”, además de largos tirantes con los colores “millonarios” con la inscripción 9-DIC y el símbolo del infinito.



 A las 18 en punto, la voz del estadio dio la bienvenida al público, mientras en el centro de la popular local los simpatizantes “millonarios” hacían visible un gran espacio libre, donde debería instalarse la barra brava de River.

Justamente en la previa creció el temor por las amenazas que se cruzaron “Los Borrachos del Tablón” y la facción disidente, luego de que la Policía Bonaerense detuviera al líder del grupo, Héctor “Caverna” Godoy, y a varios de sus laderos antes de viajar a Salta para ver al equipo frente a Deportivo Laferrere, por la Copa Argentina.

Las amenazas cruzadas de enfrentamientos no se concretaron, pero la Policía se mantuvo en alerta y reforzó las medidas de seguridad para el Superclásico.

 Cuando el reloj marcaba las 18:15, saltaron al campo de juego los arqueros de Boca para realizar la entrada en calor y fueron recibidos con una estruendosa silbatina.

 Cuatro minutos más tarde el resto del plantel “xeneize” hizo lo propio y nuevamente llegó la reprobación, hasta que los cantos se convirtieron en aliento ya que los jugadores de River se metieron en la cancha para el precalentamiento casi al mismo tiempo.

A la hora de dar a conocer las formaciones de los equipos por los altoparlantes, Marcos Rojo, Sebastián Villa y Darío Benedetto fueron los boquenses más silbados, mientras que del lado de River, los más ovacionados fueron Enzo Pérez y Julián Álvarez, aunque el máximo reconocimiento fue, como es habitual, para el entrenador, el “Muñeco” Gallardo.



Los futbolistas de ambos conjuntos permanecieron en el terreno de juego hasta 15 minutos antes del inicio del encuentro, luego volvieron a los vestuarios y allí aprestaron todo para la hora de la verdad.