A cuatro meses de cumplir 90 años, cansado de luchar contra la enfermedad, Mujica enfrenta el cáncer con valentía. “Estoy condenado, hasta acá llegué”.
José Mujica, ex presidente de Uruguay y figura emblemática del Frente Amplio, anunció que el cáncer de esófago que lo afectaba se expandió a su hígado. A los 89 años, Mujica decidió no someterse a más tratamientos médicos debido a su edad avanzada y problemas de salud preexistentes. “Mi cuerpo no lo aguanta. Estoy condenado”, declaró en una entrevista con el semanario Búsqueda.
En abril de 2024, Mujica reveló su diagnóstico inicial. Luego de 32 sesiones de radioterapia, logró superar el tumor en el esófago, pero la enfermedad regresó con mayor agresividad. “Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas”, expresó el ex mandatario, quien asegura que su ciclo en la vida pública ha llegado a su fin.
Un líder que se despide con gratitud
Desde su chacra en Rincón del Cerro, Mujica reflexiona sobre su legado. “El principal premio de mi vida es estar a cuatro meses de cumplir 90 años. Mirá la vida que he tenido, un desastre”, comentó con ironía. A pesar de su delicado estado, Mujica sigue recorriendo su chacra y acomodando el lugar para las generaciones futuras. Su esposa, Lucía Topolansky, heredará el predio, que quedará en manos de su sector político.
El líder uruguayo, conocido por su humildad y estilo de vida austero, se despidió de sus seguidores políticos con emotivas palabras. “El guerrero tiene derecho a su descanso. Me estoy muriendo”, afirmó, pidiendo que lo dejen tranquilo y sin más entrevistas. Mujica desea pasar sus últimos días en paz, trabajando en su chacra y alejándose de la actualidad política.
El legado de Mujica sigue vivo
A pesar de su retiro, Mujica mantiene una fuerte influencia en la política uruguaya. Fue un pilar clave en la campaña presidencial de Yamandú Orsi, quien asumirá como presidente el 1° de marzo. Además, el Movimiento de Participación Popular, espacio político liderado por Mujica, logró una votación histórica en las últimas elecciones, algo que lo llena de orgullo.
Mujica expresó su deseo de ser enterrado en su chacra, junto a su perra Manuela. “Que me pichicateen y, cuando me toque morir, me muero. Así de simple”, sentenció.
En medio de su enfermedad, Mujica deja un mensaje de respeto y unidad para los uruguayos. “El fundamento de la democracia es respetar a quienes piensan diferente”, afirmó, emocionado. Su legado de lucha, sencillez y compromiso quedará como ejemplo para las futuras generaciones.