El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, negocia contra-reloj para anunciar hoy el nuevo acuerdo de “Precios Cuidados”, tras el vencimiento, el pasado viernes 7, del congelamiento dispuesto por la Resolución 1.050 de su cartera de los precios de 1.432 productos. En diciembre el listado se redujo a 1.332: se incorporaron algunos productos navideños y se retiraron otros a través de una nueva resolución.
Esta vez, sin embargo, el gobierno privilegia el mecanismo del acuerdo. El objetivo es bajar el ritmo y la inercia de la inflación: de ahí la meta del 6% en el primer trimestre, que por estacionalidad es siempre complicado: al principio, por efecto del aguinaldo y las vacaciones y al final, por el inicio del ciclo escolar. A lo que el gobierno suma los esteroides de la emisión monetaria: en diciembre fueron nada menos que $ 485.000 millones de asistencia del Banco Central al Tesoro, dinero al principio demandado, pero rechazado a partir de febrero, cuando quema tanto como el sol en la playa.
El Fondo y las góndolas
El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, que en la semana, flanqueado por el presidente del Central, Miguel Pesce, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el propio Feletti, recibió a ejecutivos de grandes empresas alimenticias, les dijo que la inflación es un fenómeno “multicausal” y que el FMI no solo coincide con esa visión, sino que también avala un “acuerdo de precios” para frenar el ritmo de los precios. Lo escuchaban Laura Barnator, de Unilever; Gabriela Bardin, de Procter & Gamble, Gonzalo Fagioli, de Quilmes; Abelardo Gudiño, de Coca Cola; Adrián Kaufman, de Arcor; Maximiliano Lapidus, de La Serenísima y Agustín Llanos, de Molinos Río de La Plata.
De allí la ambiciosa meta del 6% para el trimestre, ritmo que proyectado anualmente equivale al 26,2%, cerca de la mitad que la inflación de 2021 e incluso menor a la meta del 33% incluida en el presupuesto 2022 que había elaborado Guzmán.
Feletti, que asumió en modo confrontativo, busca que la nueva versión de “Precios Cuidados” surja del diálogo con las empresas, en modo Zen. El congelamiento por resolución, se dijo, fue necesario para frenar aumentos que en ese momento se juzgaron desmedidos. “Hay predisposición al diálogo y el Gobierno plantea que busca garantizar una canasta amplia, diversa, con precios accesibles y bienes de calidad representativos del consumo promedio de los argentinos”, le dijo un vocero de Comercio Interior a Télam, la agencia oficial. Las empresas pudieron sumar o sacar productos de la lista previa, pero a condición de mantener “calidad y representatividad del consumo”. Por eso la lista final estaría en unos 1.300 productos, más del doble que la versión 2021.
Primeras y segundas
Desde el sector privado dijeron que en varios casos el Gobierno rechazó el retiro de “primeras marcas”, cuyos precios hacen de tope de los de su misma categoría. Es la teoría que surge de la crítica que la vicepresidente Cristina Kirchner hizo a las “pindonga y cuchuflito” de los acuerdos de precios de la gestión macrista.
La idea de Feletti es que los 1.300 “precios cuidados” sirvan de ancla a una canasta espejo de otros 1.700 productos no incluidos en el anterior congelamiento.
Otra idea, de compleja implementación, es fijar precios diferenciales por tamaño de comercio, algo difícil de poner en marcha desde el principio, pero a lo que le seguirán buscando la vuelta. “Un comercio más chico necesita un precio mayor, estamos trabajando para ver cuál es ese margen, estamos dispuestos a aceptarlo, pero si llegamos a ese acuerdo queremos que pongan la señalética y los productos tengan el precio que esperamos”, dijeron desde la cartera de Feletti.
De rótulos y de enero
Más allá de esa intención, el problema de los acuerdos es que no rigen en 70% de la comercialización: almacenes de barrios, chinos, mercaditos, dijo Damián di Pace, director de Focus Market, que mide precios en 670 puntos de venta.
La intención de alcanzar ese universo ya fracasó cuando la antecesora de Feletti, Paula Español, hizo rotular los precios en los envases de los productos. El porcentaje de eficiencia fue del 10%; el 90% de los bienes ofrecidos en esos canales no tenìan precios rotulados. Sucede, dijo di Pace, que almacenes y mercados chinos ofrecen una canasta mucho más limitada; “apuntan a lo que más sale, que puede diferir por segmento social y por barrio, para aumentar la rotación”.
Focus Market ya difundió su medición de inflación de diciembre, superior al 3,5%, y di Pace dijo que en la primera semana de enero alimentos y bebidas mantuvieron ese ritmo. En enero y febrero la inflación se mantendrá elevada, dijo, por efecto de categorías como turismo, hoteles y esparcimiento, y en febrero por comercio minorista y el gasto asociado al inicio del ciclo educativo. Pero lo que puede romper todo, concluyó, es la emisión monetaria, aquellos $ 485.000 millones que emitió el Central para asistir al Tesoro y que no están computados en los acuerdos de precios.