El presidente argentino y su par brasileño, marcados por diferencias personales e ideológicas, se vieron cara a cara por primera vez. El breve encuentro, que apenas duró unos segundos, contrastó con la cordialidad y distensión que Lula mostró hacia otros líderes, como Claudia Sheinbaum de México, Emmanuel Macron de Francia y Pedro Sánchez de España, entre otros.
En medio de las tensiones bilaterales, el presidente Javier Milei saludó a su par de Brasil, Lula da Silva, en el arranque de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, acompañado por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
Milei no comparte la perspectiva ideológica de Lula respecto al cambio climático, la agenda de Desarrollo Sustentable y la posibilidad de cobrar un impuesto del 2 por ciento a los denominados “super ricos”, pero instruyó que se agoten todas las instancias con los negociadores del G20 antes de anunciar que Argentina no firmará el comunicado final.
De igual modo, el presidente argentino repudia la invasión rusa a Ucrania y considera que el G20 debe hacer una condena manifiesta a la última ofensiva que ejecutó Vladimir Putin. Pero en los borradores que ayer presentó Lula, este reclamo no alcanza la medida exacta que exige Milei.
Lula comparte con Irán la pertenencia a los BRICS, y ha demostrado su apoyo sin atenuantes a Palestina cuando no es un secreto de Estado que sirve de refugio a Hamas y otras organizaciones terroristas que consumaron en territorio israelí la masacre del 7 de octubre de 2023.
Desde esta perspectiva, Milei no firmará el comunicado final del G20 si no hay una cuestionamiento explícito al accionar de Hamas y otros proxies que responden a las órdenes directas de Irán.