Los microbasurales a cielo abierto abundan en nuestra ciudad. EL NORTE viene plasmando la triste realidad que azota a San Nicolás. El Ejecutivo comenzó con los trabajos de limpieza de los mismos, y el primero fue el que estaba ubicado en barrio Somisa. Seguirán, luego, con el resto que se encuentran en zona oeste y norte.
De la Redacción de EL NORTE
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San Nicolás tiene un problema que no se ha resuelto y que, lamentablemente, continúa en constante crecimiento. Se trata de los basurales a cielo abierto, los cuales se han formado en varios puntos de la ciudad, aunque principalmente hay en zona sur y oeste. Incluso, en ésta última zona, se ha empezado a formar un nuevo, por Av. Alberdi.
Cercano a lo que es barrio San Francisco, en frente, donde hay un descampado, un cartel del Municipio esgrime que “queda prohibido arrojar basura”. Sin embargo, ya ni las advertencias son suficientes porque es allí donde va creciendo un sinfín de desechos.
Por alguna razón, vecinos de los lugares afectados han tomado la mala costumbre de arrojar sus desechos en descampados, terrenos baldíos o basurales de muchos años. Sin embargo, en la recorrida que EL NORTE realizó para constatar sobre el crecimiento de este problema, nicoleños aledaños a los basurales en cuestión manifestaron haber visto “gente que viene y tira basura” pero que no viven si quiera cerca.
También en zona norte, no se escapa a la triste realidad que venimos plasmando desde este medio desde hace varios años. El último que se encontró, fue en calle Paraguay, entre Berna y Otero.
En zona sur
En reiteradas oportunidades, este medio ha marcado la problemática que tiene en vilo a los que sufren los constantes malos olores, la aparición de roedores, la posible transmisión de enfermades. Pero donde más se necesita generar conciencia, es en zona sur, donde si bien se ha limpiado, las personas no cesan en arrojar basura.
Una de las interrogantes que surgieron al conocer el basural a cielo abierto, fue si el motivo que impulsa a los vecinos a cometer tal ruin acto era la carencia del servicio de recolección de residuos. No obstante, en diálogo con responsables de la empresa que se encarga del mismo, confirmaron que “los camiones recolectores pasan por absolutamente todos los barrios y, específicamente la zona afectada por este basural, tiene el servicio normal por lo que no entendemos la razón por la cual arrojan la basura allí”.
Yendo para el lado de los materiales grandes tirados en el predio anteriormente mencionado, desde el ENTRE aseguraron que “cualquier persona o empresa puede llevar lo que no es una simple bolsa de residuos al predio del ENTRE. Por ejemplo, las ramas. Nosotros tenemos volquetes afuera pero también aceptamos el ingreso de vehículos para que sea más fácil la descarga de la basura”.
Este fin de semana, el Ejecutivo comenzó con la limpieza de los basurales. El primero en ser atacado, fue el que estaba ubicado en barrio Somisa. En calle 5, en intersección con calle Los Cedros, se realizó la limpieza total de ese microbasural. Según confiaron fuentes del Ejecutivo a EL NORTE, continuarán con esa modalidad hasta culminar con todos los mencionados. Además, destacaron que “le pedimos a la ciudadanía que tome conciencia y que no arroje los desechos en cualquier lado”.
Las penas
Desde ya, esto está penado por el Código de Convivencia y Faltas, actualizado en el 2021 y que ayuda a generar costumbres de buenas conductas. La intención del mismo es poder lograr un buen trato entre vecinos.
El artículo 123 del Cóidigo, establece las penas por arrojar basura donde no corresponda, y así formar microbasurales.
ARTÍCULO 123º: El que arrojare o depositare en la vía pública, baldíos, casas abandonadas, parques, plazas, causes de agua y -cualquier otro lugar público-, todo tipo de residuos, desperdicios, basura, material de rezago, enseres domésticos, chatarras o aguas servidas, ya sean domiciliarios, industriales o de cualquier otro origen será sancionado con multa de 10 a 2000 módulos y la posibilidad de aplicar la sanción accesoria de reparación del daño y retiro de lo indebidamente arrojado o depositado.
Hoy el módulo cuesta $4.228,87; recordemos que se calcula según el salario municipal; dando entonces un total de $42.280 en caso de darse la pena mínima. Mientras que, en caso de llegar a los 2.000 módulos, la multa asciende hasta los $8.456.000.