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jueves, octubre 17, 2024
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El complejo camino de denunciar violencia sexual

El varón de 35 años fue detenido en el marco del femicidio de Florencia Comas, luego sobreseído pero aún detenido por tres denuncias posteriores al crimen de la joven nicoleña. Se trata de presuntos abusos sexuales a víctimas que se animaron a denunciar luego de la información que surgió tras el homicidio. Los hechos habrían sido cometidos cuando al menos una de ellas era menor de edad. Habrían sido adormecidas con cloroformo, filmadas y posiblemente extorsionadas.

ILUSTRACIÓN WEB.

De la Redacción de EL NORTE
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Investigaciones muestran que los principales factores que pueden retrasar la denuncia de una víctima incluyen la cercanía de la relación con el agresor (familia, amigos, conocidos), la experiencia previa en relaciones sexuales, las circunstancias del asalto como el uso de fuerza o sustancias, la percepción del acto como violencia sexual y el consumo de alcohol o drogas durante el incidente, ya que en ocasiones se culpa a la víctima en estos casos. En los últimos días, la problemática tomó relevancia tras la detención de Walter Solís por presunciones en relación al femicidio de Florencia Comas, del que luego con nueva evidencia se lo desvinculó, se lo sobreseyó. Sin embargo, sigue detenido en la Unidad Penal 3 porque con la trascendencia del caso, varias mujeres se animaron a denunciarlo por abuso sexual de cuatro presuntos hechos cometidos cuando al menos una de ellas era menor. Y no estarían prescriptos.

Las víctimas se animaron a denunciar cuando se enteraron que Solís estaba detenido, porque tenían miedo a represalias. Los investigadores lo describieron como a una persona muy violenta, afecto a prácticas sadomasoquistas. La causa está radicada en la UFI Nº 14, tematizada en Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo del agente fiscal Patricio Múgica Díaz. Durante la indagatoria se negó a declarar y fue formalmente acusado por Abuso Sexual con Acceso Carnal (tres hechos) y Abuso Sexual Gravemente Ultrajante en Concurso Real. Trascendió que se trataría de hechos muy graves donde las víctimas, que ahora son mayores de edad, además de haber sido abusadas también habrían sido filmadas y posiblemente extorsionadas.

“Es muy difícil denunciar, animarse, hablar, decir, también por los tiempos de la justicia y por la revictimización”, notó en diálogo con EL NORTE Inés Zaidman, referente de la Multisectorial de Mujeres y de ACASE (@acase.sannicolas – 3364299037).

MUCHO MÁS QUE UNA DEFINICIÓN

La Organización Mundial de la Salud, define la violencia sexual como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.

Cuando las víctimas llegan a alguna organización no gubernamental que las acompaña, lo primero que se da es un espacio de escucha. “En las reuniones se orienta, no siempre se quiere denunciar, se les posibilita terapia. Otras personas nos llaman después de que denunciaron, y las acompañamos durante todo el proceso hasta el juicio. Ante un abuso pueden ir al Hospital, o los organismos como el Centro de Asistencia a la Víctima en Fiscalía y a las organizaciones. Es fundamental pedir ayuda porque sola no se sale. Tienen que contar lo que vivieron, hablar”, orientó. 

FACTORES

Según estudios internacionales, un 60,4% de las mujeres no reconocieron su experiencia de abuso en su adolescencia como violación a pesar de que encajaba en la definición: una experiencia sexual no deseada obtenida mediante la fuerza o la amenaza o una experiencia sexual que no dieron su consentimiento porque estaban incapacitados. Se trata de uno de los factores que aportan al retraso de denuncias por abuso sexual, sobre todo los ocurridos en periodos de niñez y adolescencia.

“Las víctimas en el caso de niños y niñas probablemente no identifican eso como un abuso. Se empieza a registrar en el actuar, las conductas, los comportamientos, hasta que pueden poner en palabras o mediante dibujos algo que vieron o que les sucedió. Y llegan a adolescentes con toda la vergüenza bajo el prejuicio que persiste en relación a ´qué hiciste para que te hagan eso´. Por otro lado el miedo a ser señaladas trans visibilizar lo que pasó. Son muy valientes las adolescentes o jóvenes que denuncian. En algún momento se va a saber o a quienes saben por lo que transitaron sin el consentimiento. Es tan traumático que algunas denuncian después de que otras lo hacen, o ellas mismas cuando necesitan que alguien de la ley las reivindique”, expresó Zaidman.

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