Enrique Omar Sívori fue un mediapunta típico, como Maradona y Leo Messi, que también tenía la misma sustanciosa cuota goleadora de ambos, algo que elevó a las dos camisetas nacionales que lució: la albiceleste y la azzurra italiana. Hoy se cumplen 18 años de su fallecimiento.
De la redacción de EL NORTE
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Enrique Omar Sívori, el “Cabezón” para quienes lo conocieron ya futbolista, o “Chiquín” cuando “purreteaba” en San Nicolás, fue una síntesis cuasi perfecta de una hipotética simbiosis entre Diego Maradona y Lionel Messi, pero corporizada mucho antes que ambos nacieran y no solamente por su talento y su fisonomía como jugador, sino por los logros y la idolatría que despertó en lugares que después ambos transitarían.
Sívori murió el 17 de febrero de 2005 a la edad de 69 años, a raíz de un cáncer pancreático, y por ende, hoy se cumplen 18 años de la desaparición física de un extraordinario jugador pero, muy especialmente, a caballo de ello y de su carismática personalidad, de un verdadero ícono “de dos mundos”, que brilló tanto en el fútbol argentino como en el italiano.
Las comparaciones
Si de vinculaciones con Maradona se trata, cuando apareció Diego siempre se los comparó por la forma en que ambos se movían, por sus apariencias, en el caso del “Cabezón” con sus características medias caídas, así como por la cadencia de sus movimientos y sus destrezas, inimitables para el resto de los mortales.
Pero esa es solamente la guía conceptual de sus parecidos, ya que los “además” surgen por torrentes desde sus propios nacimientos, ya que ambos vieron la luz en el mes de octubre, Sívori un día dos de 1935 y Maradona un 30 de 1960.
Los dos lucieron en Europa y son ídolos seculares de un mismo club: Napoli. Allí se convirtió en un ídolo para los habitantes de esa ciudad del sur italiano donde permaneció entre 1965 y 1969, ya que reivindicó su fútbol ante los poderosos del norte logrando un subcampeonato. Maradona se convertiría en el segundo “libertador” futbolístico de los celestes dos décadas más tarde, aunque consiguiendo ya el siempre inalcanzable “scudetto”.
Claro que ese título no fue una meta lejana para Sívori, porque mucho antes de Napoli supo ganarlo en tres oportunidades con la Juventus, otro lugar donde la idolatría por su figura es solo emulable a la que tienen en Real Madrid por su compatriota Alfredo Di Stéfano. El “Cabezón” y la “Saeta Rubia” se enfrentaron en los cuartos de final de la Copa de Europa (hoy Champions League) en 1962. Los “merengues” avanzaron hasta la final, que perdieron 5 a 3 con Benfica, de Portugal.
Ídolo en la Juve
En la “Vecchia Signora” Sívori cosechó además dos Copa Italia como figura indiscutida. A tal punto que aun siendo argentino fue invitado a jugar por su selección nacional. Pese a que ya había vestido, y con éxito, la albiceleste de su país de origen.
Es que en 1957 fue parte de los inolvidables “Carasucias” que ganaron el Sudamericano de ese año con una actuación superlativa del equipo y suya. Ya que se convirtió en el goleador con ocho tantos, dentro de una delantera integrada por Orestes Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Valentín Angelillo y Osvaldo Cruz.
Ese año marcó simultáneamente su despedida del fútbol argentino en general y de River Plate en particular. Donde había debutado con 17 años, en un partido frente a Lanús, reemplazando a otro símbolo “millonario” como Ángel Labruna. Convirtiendo ya en ese primer encuentro en la máxima categoría. Con la “banda roja” ganó el tricampeonato local en 1955, 1956 y 1957.
Por su venta a Juventus, el club de Núñez recibió 10 millones de pesos argentinos de esa época. Con ellos terminó la construcción del estadio Monumental.
River y Boca
Sívori fue emblema del River de esos tiempos y Maradona también, pero de Boca, aunque apenas durante un año, a principios de los 80. Esa fue una de las diferencias de sus trayectorias, pero también el devenir del fútbol los encontró –coincidentemente– a ambos sentados como entrenadores en el banco del seleccionado argentino. El “Cabezón” en la previa de las eliminatorias para el Mundial Alemania 1974 y Diego para las de Sudáfrica 2010, con certamen ecuménico incluido.
Sívori fue un mediapunta típico, como Maradona y Messi, que también tenía la misma sustanciosa cuota goleadora de ambos. Algo que elevó a las dos camisetas nacionales que lució. Con la albiceleste disputó 18 encuentros y marcó nueve tantos, mientras que con la “azzurra”, que vistió en el Mundial Chile 1962. Jugó la mitad de los partidos (9), pero anotó casi la misma cantidad que con la argentina (8).
Hoy es tiempo de recuerdos, de evocar su partida. Y quizá también de hacer justicia y señalar que los que en realidad se parecen a Sívori son Maradona y Messi.