Martín Fernández Loza y Agustín Oroforte murieron al despistarse su avión Challenger 300 en el Aeropuerto de San Fernando. La aeronave, que regresaba de Punta del Este, colisionó con viviendas cercanas. Ambos pilotos contaban con las licencias correspondientes
El miércoles, un avión privado Challenger 300, perteneciente a la familia Brito, sufrió un despiste al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de San Fernando. La aeronave, que regresaba de Punta del Este, se desvió durante el aterrizaje, atravesó el alambrado perimetral y se estrelló contra viviendas cercanas. Como resultado del siniestro, fallecieron los dos tripulantes: el piloto Martín Fernández Loza, de 46 años, y el copiloto Agustín Oroforte, de 35 años.
Oroforte, piloto privado con habilitación para aviones Challenger 300 y empleado del Banco Macro, era originario de la zona Oeste del Conurbano, aunque su domicilio estaba registrado en Posadas, Misiones. Era conocido por compartir en sus redes sociales videos de vuelos y momentos con amigos y su perra Nikita. Por su parte, Fernández Loza, residente en Martínez, era ex empleado de Austral Líneas Aéreas y tenía una profunda pasión por la aviación, la cual compartía con su hermano, también piloto.
Ambos pilotos contaban con las licencias y cursos necesarios aprobados por la autoridad competente, y se encontraban familiarizados con la ruta y el aeropuerto en el que operaban. Las fuentes aeronáuticas destacaron que el avión se encontraba en perfecto estado y cumplía con todos los estándares de seguridad.
Este trágico accidente dejó consternados a los familiares y allegados de los pilotos, quienes ya se encontraban en el aeropuerto para acompañar la situación. Los mensajes de despedida en las redes sociales de amigos y conocidos reflejan el cariño y respeto que ambos pilotos generaron en su entorno.