El descubrimiento fue en la antigua capital del Bajo Egipto, conocido como el Templo de Buto. Este edificio, construido con ladrillos de adobe y extendido sobre 850 metros cuadrados, cuenta con diversas herramientas dedicadas al estudio del cielo y las estrellas, incluidas estructuras alineadas con el sol y un reloj solar de piedra.
El descubrimiento, realizado en el sitio arqueológico de Tell el-Faraeen, a 80 kilómetros al este de Alejandría, forma parte de una excavación más amplia. Según el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, el observatorio era utilizado para registrar observaciones astronómicas y monitorear los movimientos del sol y las estrellas en una época de transición del poder faraónico.
Entre los hallazgos más destacados se encuentra un reloj solar inclinado de piedra que medía el tiempo según el movimiento del sol. Además, los arqueólogos descubrieron bloques de piedra que servían para tomar medidas de la ubicación del sol y una plataforma de observación con inscripciones relacionadas con amaneceres y atardeceres.
El templo, orientado hacia el este, también está decorado con imágenes de deidades vinculadas con el cielo, como Horus, hijo de la diosa Wadjet, en cuyo honor se construyó el templo. Wadjet, la protectora del Bajo Egipto, aparece frecuentemente representada junto a la deidad Nekhbet, que simboliza el Alto Egipto, en las joyas faraónicas.
Además de las estructuras, se encontraron diversos objetos como un collar de cuentas Menat, tablillas con ofrendas y cerámica utilizada tanto en rituales como en la vida cotidiana. Los trabajos de excavación en la zona del complejo de Buto comenzaron en 2018 y continúan arrojando valiosa información sobre la astronomía y la vida en el antiguo Egipto.